La Nación
EDITORIAL

Bendición, paz y perdón

La confirmada visita del Papa Francisco a  Colombia el próximo año coincidirá seguramente con la finalización del conflicto armado y la firma definitiva del acuerdo de paz entre el gobierno y las Farc. 

La presencia del Pontífice representa el más grande apoyo que haya recibido de la comunidad internacional para poner punto final a una confrontación armada de medio siglo. Y desde luego para agilizar la construcción del posconflicto, desde las víctimas, desde las comunidades afectadas, desde la sociedad civil, principal blanco del enfrentamiento bélico. 

El mensaje enviado desde El Vaticano, no puede ser más contundente: “La construcción de la paz es un proceso complejo, que no se agota en espacios o en planes de corta duración. Hay que arriesgarse a cimentar la paz desde las víctimas, con un compromiso permanente para que se restaure su dignidad, se reconozca su dolor y se repare el daño sufrido”.

La suya no será sólo una visita protocolaria. El Papa Francisco vendrá a respaldar personalmente la solución política al conflicto armado y a comprometer definitivamente a la Iglesia católica en la reconciliación del país.

El papel de la Iglesia no se agotará con la firma del acuerdo de paz. Con la protocolización y refrendación que tendrá que darse en los próximos meses, apenas comienza la labor que tendrá que emprender la Iglesia, como todos los actores sociales para la construcción de los verdaderos escenarios de conciliación.

Reconciliación y perdón, será el reto que habrá de asumir la Iglesia en esta etapa crucial de la historia del país. Ese será el significado y el principal aporte del Sumo Pontífice. Y por supuesto, el rol que deberá ejercer cada católico, como instrumentos de paz.

El mensaje del cardenal Pietro Parolín, confirmando la visita del Papa, no puede ser más orientadora: “Es preciso asumir el riesgo de convertir con toda la Iglesia, cada parroquia y cada institución en un hospital de campo, en el lugar seguro en el que se pueden reencontrar quienes experimentan atrocidades y quienes actuaron desde la orilla de la violencia. Que en la Iglesia todos hallen sanación y oportunidades para recuperar la dignidad perdida o arrebatada. Que allí se haga posible el arrepentimiento, el perdón y la decisión de no reproducir nuevamente la cadena de violencia”.

Ese será el gran desafío. Con la firma de un acuerdo de paz, termina la guerra. Sobre esos escombros, comenzará a nacer la paz que sólo podrá consolidarse si desde sus cimientos se erige la reconciliación y el perdón. Esa será la bendición que le dará el Papa Francisco al proceso de paz.  
 
 “El Papa Francisco vendrá a respaldar personalmente la solución política al conflicto armado”.
 
Las tradiciones religiosas, incluida la Semana Santa, además de ser parte esencial del patrimonio cultural, se han convertido también en destinos turísticos. Estas tradiciones deben fortalecerse y preservarse a toda costa.