Hay postres clásicos que nunca fallan y el cheesecake es una de esas preparaciones que a cualquiera hace feliz. Receta súper fácil.
El cheescake es el rey de los postres, su contraste de sabores y texturas lo convierten en una exquisitez en el amplio y variado mundo de la repostería.
En lo que se refiere a cheesecakes hay dos recetas, una para hornear y otra para refrigerar. Ambas resultan deliciosas pero cada una tiene su propio encanto y satisfacen gustos diferentes. No obstante, no hay nada más práctico que una tarta de queso que no vaya al horno, especialmente para quienes no se quieren complicar mucho a la hora de hacer un postre.
El cheesecake al horno es exquisito, pero hacerlo tiene su ciencia, como popularmente se dice. No solo hay que tener ciertos cuidados al prepararlo sino estar muy atento a la cocción. Y no siempre sale bien sobre todo si no se tiene la experiencia. Por eso, hoy compartimos con los lectores de LA NACIÓN la receta que no necesita horneado.
Dulces variedades
El cheesecake de frutos rojos ya es un clásico. Puede optarse por combinar diferentes frutos rojos o elegir uno de ellos, por ejemplo, con fresas o moras.
Sin embargo, actualmente se acompaña con frutas de la predilección de los comensales, tal es el caso del maracuyá o la cholupa que cada día ganan más adeptos. Todas las frutas ácidas contrastan y realzan el sabor del cheesecake, por lo que puede utilizarse la fruta que se prefiera.
También se le puede poner chocolate o arequipe.
Receta
Cheesecake con fresas
Ingredientes:
1 paquete de galletas Macarena o de leche (220 g)
4 cucharadas de mantequilla derretida (56 g)
1 tazas de queso crema (232 g)
1 taza de leche condensada (168 g)
1 taza de crema de (240 g)
2 sobres de gelatina sin sabor (14 g) disuelta en 5 cucharadas de agua tibia
2 tazas de fresas frescas cortadas a la mitad (300 g)
3 cucharadas de azúcar (48 g)
Zumo de 1 limón
Preparación:
Triturar las galletas en la licuadora o procesador de alimentos. Ponerlas en un tazón, adicionar la mantequilla y mezclar para integrar. Forrar el fondo de un molde (preferiblemente desmontable) con la galleta para formar una base. Llevar el molde al congelador por 10 minutos.
Licuar el queso crema, la leche condensada, la crema de leche y la gelatina sin sabor disuelta, licuar por 20 segundos o hasta integrar bien.
Retirar el molde del congelador y verter la mezcla cremosa. Llevar el molde al refrigerador por dos horas aproximadamente o hasta que cuaje por completo.
Mientras la mezcla toma consistencia se prepara la salsa. En una olla mediana se ponen las fresas, el azúcar y el zumo de limón, llevar a fuego medio por 15 minutos o hasta que reduzca a la mitad y tenga aspecto de salsa. Retirar del fuego y dejar enfriar.
Retirar el cheesecake de la nevera, desmoldar, bañar con la salsa de fresa y servir.
¡Buen provecho!
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