La Nación
Déficit fiscal, austeridad, reforma tributaria 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Déficit fiscal, austeridad, reforma tributaria

 

Rodolfo Valderrama D.

 

Es importante recordar algunos conceptos básicos para aproximarnos a un debate de actualidad, la inminente reforma impositiva.  La política fiscal hace referencia a las medidas sobre ingresos (Y) y gastos (G) del Estado; cuando la diferencia  (Y-G) es positiva se habla superávit fiscal, si es negativa déficit fiscal; su valor puede establecerse en cualquier fecha pues recoge movimientos de períodos anteriores, diferente del superávit o déficit presupuestal que corresponde a un año determinado.

De otra parte el aspecto tributario se refiere principalmente a los gravámenes que recibe el Estado de personas y empresas según su patrimonio, ingresos, utilidades, etc; como no incluye los gastos oficiales no es suficiente hablar de reforma tributaria, pero sí de reforma fiscal que trata sobre la forma como se obtienen ingresos y cómo gasta el Estado, la reforma es regresiva si beneficia más o afecta menos a la clase alta, progresiva si afecta menos o beneficia más a estratos bajos; también puede decirse que si la tarifa del impuesto crece al aumentar el ingreso o la riqueza tendríamos progresividad y viceversa, también es importante complementar el análisis con la proporción que el Estado gasta por estratos socio-económicos.

Si tenemos en cuenta los estragos de la pandemia en las finanzas de todos los países,    no hay duda que requieren una reforma fiscal para enfrentar el déficit y buscar la reactivación; el debate está girando alrededor de la progresividad o regresividad.  Colombia y otros países similares tienen un problema adicional crónico, es la altísima deuda externa; en nuestro caso  por el crecimiento acelerado de la deuda; el costo del servicio absorbe cerca del 60% del presupuesto nacional, y este pago es prioritario e intocable (Sobra el comentario sobre su gravedad).

Entonces el alto déficit, el costo de la pandemia, la caída de la economía, el aumento del desempleo y la deuda externa y como si fuera poco el plan oficial para obtener recursos por $140 billones  para reactivación económica, hacen que la actual depresión socio-económica nos recuerde el colapso ocurrido después de la guerra de los mil días (1899-1902); pero si algo faltara la inminente reforma va a estar contaminada de la acostumbrado estrategia neoliberal,  inexistencia de la progresividad, asistencialismo y desarrollismo, lo cual  aumentará  la aberrante desigualdad; esto lo apoya el uribismo que odia la intervención estatal y al proponer austeridad no objeta los altos sueldos oficiales ni los gastos suntuarios, pero cuestiona la nómina de trabajadores de bajo rango, y con el mismo engaño: “La reforma  eliminará la pobreza extrema”, y qué decir del Congreso, que ha demostrado que no aprobará reforma alguna que afecte sus frondosos privilegios.  rovaldi.5319@yahoo.com