La Nación
EDITORIAL

Día de las víctimas

En homenaje a las víctimas del conflicto armado, Colombia entera marchará hoy, exaltando su memoria. Neiva y el Huila se sumarán a la celebración, para levantar las banderas  de millares de damnificados de la guerra y reclamar el pleno restablecimiento de sus derechos.

La jornada nacional coincide con la conmemoración de los  67 años del asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, episodio que abrió una  página luctuosa en la historia del país. Este magnicidio desató uno de los periodos más cruentos de la violencia bipartidista y fue el punto de partida de un conflicto armado que está ad portas de terminar. 

Aunque  Juan Roa, el presunto asesino, fue linchado por una multitud enardecida, los autores intelectuales, miembros de una casta de la extrema derecha, nunca aparecieron.

El crimen sigue siendo hoy uno de los monumentos a la impunidad y una de las grandes víctimas que siguen sin justicia y cuya verdad sigue siendo uno de los secretos de Estado.  

En su memoria, como un tributo, ese día fue dedicado a millares de víctimas del conflicto, la mayoría anónimas que han padecido la crueldad de la guerra. Pero además, cuyos elementales derechos a la justicia, a la verdad y a la reparación integral, han sido tradicionalmente desconocidos.

En homenaje a esas víctimas, Colombia marcha hoy, reclamando  para ellas  protección, exigiendo respeto a sus derechos, pero ante todo visibilizando su tragedia.
La jornada coincide igualmente con la Cumbre Mundial de Artistas por la Paz, como otro gesto para examinar desde el lado de las víctimas,  la crueldad de la guerra, pero igualmente, las posibilidades de reconciliación y perdón.  

Los derechos de las víctimas van más allá de  una  simple reparación económica. También incluyen otras garantías como los derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación integral. Esta protección está fundada en los derechos que tienen las víctimas a ser tratadas con dignidad, a participar en las decisiones que las afecten y a obtener la tutela judicial efectiva del goce real de sus derechos. Adicionalmente a todas garantías, la reparación cultural y simbólica, clave para la construcción de un proceso de paz.  Esta reparación  tiene otra dimensión simbólica para la recuperación de la memoria histórica, el reconocimiento y la recreación simbólica.
 

“En homenaje a esas víctimas, Colombia marchará hoy, reclamando  para ellas  protección, exigiendo respeto a sus derechos, pero ante todo visibilizando su tragedia”.
 

EDITORIALITO

La nueva emergencia en el embalse de Betania, provocada ahora por una bacteria, revive la grave problemática: sobrecarga, contaminación, uso indiscriminado de agroquímicos, pero ante todo, informalidad y prácticas inadecuadas. No es posible que el fenómeno siga ocurriendo ante la mirada complaciente de las autoridades ambientales y las encargadas de regular el sector.