La Nación
El adiós de un soñador 1 27 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El adiós de un soñador

Laurie Beth Jones en la entrada de su libro Jesus CEO (Jesús, Director Ejecutivo, en traducción libre pues lamentablemente no tiene versión en español) recuerda que todos tenemos derecho a soñar pero que a ese sueño hay que hacerle un plan que tiene que ejecutarse. Si no, solo será una simple idea o una fallida esperanza.

Tito León Salazar, que acaba de partir de este mundo, era un permanente soñador que sacaba adelante sus sueños por lo que llegó a ser reconocido como un líder sindical, Cooperativo y social y un comprometido con las causas que le eran propias. Siempre en mis conversaciones con Tito León había un sueño. El 31 de diciembre de 1999, ad portas del comienzo del presente siglo 21, sacamos adelante su sueño de recordar los principales hechos para el Huila en el siglo XX realizando la que llamamos “La Gran Parada del Milenio” un exitoso desfile de esos hechos que Tito León calificaba como representativos del siglo que terminaba como los cambios en las fuerzas militares (actividades y uniformes), la participación de nuestros deportistas exitosos, las novedades de los vehículos desde los clásicos hasta las bicicletas. La Barca de juan Bustos, el primer intento de vincular al Río Magdalena a la oferta turística de la ciudad entre los más llamativos.

En fin, por primera vez el Huila vivió, en 31 de diciembre, un espectáculo de indudable arraigo popular que, con seguridad, a ningún paisano se le habría ocurrido pues no somos observadores de nuestra cotidianidad. Cuando decidí participar en la contienda electoral del año 2.000 a la alcaldía de Neiva, Tito León apoyó esta causa sin limitación alguna. Luego se vinculó a la Fundación CEFE, una iniciativa de varios profesionales convencidos de la necesidad de actualizar la formación empresarial de nuestros comerciantes, industriales y ejecutivos (los que hoy se conocen como emprendedores) con el apoyo de la Universidad CEIPA de Medellín. Tito asumió gestión de ventas junto con José Fernando Mejía ante mi imposibilidad de atender totalmente mis responsabilidades por haberme vinculado a Planeación Departamental.

Soy testigo y beneficiario de su alta sensibilidad social: En una discusión, afortunadamente pasajera, con uno de mis hijos, Tito León intervino para superar el nivel de mi molestia recordándome que los hijos son los hijos en cualquier circunstancia. Pero también, en algún momento me pidió que escribiera sobre el barrio Campo Núñez, su barrio, como yo, preocupado por su identidad propia. Más recientemente, visitaba a Tito en su lugar de residencia y ya sabía las inquietudes que me plantearía: La situación del municipio, el departamento y el país. Nunca dejó de preocuparse por esto. Seguramente, se me quedaron muchas otras circunstancias vividas con Tito León. Mejor para mí, pues seguiré atento a su llamado desde la eternidad para responderle sobre sus ideas e iniciativas. ¡Descansa en paz líder soñador!