La Nación
EDITORIAL

El Huila y sus desafíos

Hablar del Huila es recordar las achiras, el sanjuanero huilense, (baile típico de nuestra región), la tranquilidad de San Agustín y las noches estrelladas de La Tatacoa, en Villavieja, norte del departamento.
Pensar en los desafíos no es tarea fácil, el departamento ha sido uno de los más golpeados por la violencia bajo la presión de grupos al margen de la Ley, especialmente las FARC; la zona de distensión o zona de despeje en San Vicente del Caguán (Caquetá) durante los diálogos de Paz del expresidente Andrés Pastrana Arango, temporada en que secuestros, explosiones y ‘pescas milagrosas’ dejaron al Huila con una huella ‘imborrable’. No obstante, estos hechos nos llevaron a repensar y a buscar una salida al rezago y fijar los ojos hacia un mejor futuro.

Por esto, los huilenses son conscientes que el pasado quedó atrás. Y hoy, en la tierra de promisión del poeta José Eustasio Rivera, se plantean grandes desafíos. Uno de ellos- posiblemente el más importante: la educación superior, buscando formar a los jóvenes huilenses en profesionales altamente calificados que respondan a las necesidades y exigencias de la región y el país. Ese es el reto. La educación no solo es responsabilidad de los entes territoriales, también de la academia. Las universidades deberán apuntarle a la acreditación institucional de alta calidad y mantener las carreras pertinentes de la región. 

El segundo desafío: la infraestructura vial que le permitirá al Huila convertirse en una bisagra o articulador entre la Orinoquía, Amazonía, y Pacífico. Y desde luego, que el Gobierno Nacional salde una ‘deuda’ que aún tiene con los huilenses: las vías para la competitividad, un sueño de años y que según los cálculos proyectados terminarían en 2013. Los opitas también añoran la doble calzada Neiva- Campoalegre que permitirá una mejor movilidad y que dinamizará la conectividad del centro con el sur del país.

El tercer desafío es la Ciencia, Tecnología e Innovación y aunque a nivel nacional se habló de la locomotora de la innovación, en el Huila ese ‘tren’ aún no despega. 
Debemos avanzar en la formulación de proyectos de alto impacto que permitan la generación de patentes; al igual, que la transformación de bienes y servicios para la diversificación de la oferta y lograr la incursión de nuevos mercados internacionales, donde las cifras de exportación no son muy alentadoras en esta región. Lo importante es que tenemos un gran potencial en materias primas, el Huila es el primer productor de café en Colombia con una producción de 155.875 toneladas al año, título que nos llena de orgullo, pero que nos obliga a seguir competiendo en los mercados nacionales e internacionales.

Somos primeros productores de tilapia a nivel nacional con 35.428 toneladas al año (el Huila le aporta al país el 51% de la producción) una importante producción de cacao de fino aroma y sabor que alcanza las 3.305 toneladas al año, una producción frutícola de 120.238 toneladas al año, donde se destaca el maracuyá, la mora, la pitahaya y somos el único productor de cholupa, entre otros potencialidades que tiene el departamento. (Cifras: Cámara de Comercio de Neiva)

El cuarto desafío deberá ser sin más dilaciones la disminución de la carga tributaria, ya que hoy es una de las más altas del país, lo que ha generado un freno en la inversión y la facilidad para hacer negocios. Se debe crear conciencia de lo que de momento se puede perder en recursos económicos, pero a largo plazo la compensación será mayor, porque a pesar de tener menos trámites y menos tiempos en creación de empresas, todavía somos una de las regiones más costosas del país.
El quinto desafío debe ser la eficiencia de la justicia a la hora de resolver los conflictos. En el Huila, como ocurre en el resto del país, la justicia es lenta y la congestión de los despachos judiciales afecta de manera directa la competitividad.

Conclusión: el Huila deberá trabajar de manera más rigurosa y juiciosa en su visión 2032, que en últimas, describe estos desafíos que si alguien los asumiera con propiedad y seguimiento continuo a corto plazo, este departamento sería una región con mejor calidad de vida y con el bienestar que todos merecemos.

Editorialito

Las riñas y los quemados con pólvora siguen siendo una constante muy lamentable en las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Falta cultura ciudadana, siguen haciendo falta controles para evitar que este tipo de situaciones empañen esta importante época de unión familiar y de reflexión por el año que se acaba y el que viene.