Cuando conocí a Miguel Ángel ‘El Mono Tovar’ transcurrían los prematuros ochentas del siglo pasado. Proactivo e incisivo, líder indiscutible del grupo inter-facultades que lideraba, en ese momento, el Plan Quinquenal de Desarrollo del Alma Mater.
Hombre abierto, escritor prolífico, locuaz y temperamental, extremadamente apasionado por la Planeación Educativa, la Descentralización, y otros juegos de la Democracia Participativa.
Develando su temple y carácter visionario, en 1988 Miguel Ángel Tovar, Antonio Iriarte Cadena, y otros investigadores concertaron uno de los mayores esfuerzos investigativos de todos los tiempos sobre la educación en el Huila: “Los maestros del Huila: Reconocimiento y transformación de su quehacer”, una firme y colectiva auto-reflexión que pretendía la reconciliación entre identidad, cultura y educación, en nuestra región, con la idea de potenciar un verdadero Proyecto Regional Educativo.
También en 1995, el Diario La Nación convocó a la Universidad Surcolombiana y a otros actores sociales para que contribuyeran con análisis investigativos y reflexiones al mejor conocimiento del futuro del Huila y la Región Sur del país. Sucesivas jornadas de trabajo realizadas en las instalaciones del periódico permitieron articular pronósticos y prospectivas en un horizonte de muy largo plazo: 1995 – 2095. Ha sido la reflexión constructiva de mayor alcance hasta ahora pensada en el Huila (100 años) en la que tuve el honor de participar con el “Mono Tovar”.
Los principales resultados del ejercicio fueron publicados en la edición del jueves 15 de junio de 1995, permiten reconocer su pasión por los experimentos educativos y su sesgo investigativo.
De él recogí no pocos discursos y planteamientos críticos sobre la necesidad de formar nuevos ciudadanos para el sur colombiano, aspiración consumada con su rúbrica indeleble en el Proyecto Visión Huila 2020.
Sólo transitoriamente, quiero rendir total homenaje al educador insigne y luchador impecable de nuestra Mayor Institución Educativa. Destacar igualmente su decidida contribución al Programa de Economía como orientador del “Seminario de Investigación” desde 2007 hasta el 2012, posibilitando con ello la refrendación del Registro Calificado para continuar formando economistas críticos y surcolombianos.
Mire usted, aceptemos su “inmortalidad”. Hasta siempre “compañero”.