José Joaquín Cuervo Polanía
Nos correspondió por fuerza de la naturaleza y el destino enfrentarnos a la tragedia de tomar decisiones de vida o muerte. Es posible que nos toque asumir decisiones en medio de un triage de Urgencias, Un triage es el que nos obliga a clasificar la gravedad, sintomatología y los problemas de salud que presenta un paciente cuando llega al servicio de urgencias para definir la prioridad de la atención. Es posible que los servicios de salud tengan que priorizar a quien deben atender y a quien no, a quien deben darle una cama de uci y a quien no. Ya en este momento el “triage” está diciendo a quien se le debe hacer una prueba y a quien no. Es posible que lleguemos al dilema terrible de Sofía: La Madre que debe decidir rápida y forzadamente quién muere y quién vive. Nunca fuimos educados para solucionar dilemas, eso en gran parte porque nunca vimos la vida como una verdadera tragedia en la que hay que tomar decisiones con verdaderos reatos de conciencia, decisiones con pérdida y sacrificio. En medio de estas pandemias el triage no sólo es médico; es social, es jurídico, es económico, es psicológico, es político. Es tiempo de ponderar con prudencia, con sabiduría y con un profundo sentido social.
Las decisiones en todos los campos deben ser rápidas, oportunas, efectivas, no ´podemos ser ni lentos ni laxos al tomarlas, en especial por poner excesivo énfasis en las consecuencias económicas que se generarían a corto plazo. El Alcalde Neiva nos ha sorprendido, nos ha sorprendido la Alcadesa de Bogotá: Han tenido la fortaleza, la templanza, la prudencia, la decisión valerosa para tomar decisiones en Justicia. Han tenido las virtudes que debe tener un verdadero gobernante. El Alcalde ha sido enfático: “Ninguna ganancia económica es tan importante como lo es la vida humana” ese es el anuncio de su Triage. En el caso de la pandemia y en medio de la Urgencia, primero la vida de los más vulnerables, en tiempo de aislamiento proveer primero a los que viven del día a día, a los abuelitos, a los indigentes, a los más pobres, a los discapacitados, a los reclusos, al sacrificado personal médico, a los contagiados y enfermos. Lo ha dicho y no lo hemos valorado suficientemente, “si es necesario sacrificar mi vida, lo haré por la vida misma de todo Neivano más necesitado que yo” el alcalde está dispuesto a someterse a su propio triage. El tiempo de la Pandemia es la oportunidad de demostrar la medida de la grandeza de la propia alma o por el contrario desnudar nuestro egoísmo y ceguera.