La Nación
EDITORIAL

Eln, otra esperanza

Después de múltiples acercamientos confidenciales, contemplados en una primera fase exploratoria, el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (Eln) dieron ayer un paso definitivo para iniciar formalmente los diálogos de paz. Una noticia positiva, sin duda, en momentos en que están a punto de culminar los diálogos con las Farc.

Este nuevo abanico que se le abre al país para desmontar la guerra interna no fue fácil. Los contactos, iniciados en enero de 2013, se perfeccionaron después de 30 rondas reservadas realizadas con los voceros de la organización insurgente, una de las más radicales y quizá, la más renuente a los diálogos de paz. Pero se alcanzó.  La perseverancia del comisionado de paz, Frank Pearl dio resultado. El funcionario alcanzó lo que otros gobiernos, incluido al ex presidente Uribe, no habían podido: sentar en la mesa a todos los voceros de esa organización para explorar un acuerdo orientado hacia el desarme y su reintegración a la vida civil y política. Este fue el principal escollo. Y el mayor logro.

No se trataba sólo de diálogos de paz, sin un horizonte y sin agenda. Como ocurrió con las Farc, el acuerdo es para poner fin al conflicto armado, para nada más.
El modelo de negociación que se replica en este caso puede ser otro avance positivo. Será en el exterior, con mediación internacional y con el concurso deseis países garantes: Cuba, Noruega, Venezuela, Chile, Brasil y Ecuador.

Frank, quien sería el jefe negociador, estará acompañado por el ex consejero presidencial de paz José Noé Ríos, quien  participó en las negociaciones exitosas con el M-19, el Epl, Quintín Lame, y la Corriente de Renovación Socialista. Y tendrá entre los negociadoras a militares de trayectoria como el general retirado Eduardo Herrera Verbel, rector de  la Universidad Militar Nueva Granada.

Los diálogos oficializados ayer se desarrollarán fuera del país, en mesas separadas pero se mantendrá una sola metodología.

Aunque serán dos procesos distintos con el mismo fin, tendrán que coincidir porque en ambos casos habrá un mismo modelo de negociación, una misma veeduría, las mismas garantías políticas,  el modelo dejación de armas, y de refrendación. El marco jurídico para la paz no fue diseñado sólo para las Farc sino para todos los actores armados que se desmovilicen. Igual con el modelo de justicia transicional. Sobre esos blindajes jurídicos se iniciará este nuevo intento.  

El inicio de las conversaciones de paz,  abre otra enorme esperanza para el país. El reto: asegurar que terminen exitosamente y en corto tiempo. Las conversaciones no pueden dilatarse. Lecciones aprendidas.  
 
 

“Como ocurrió con las Farc, el acuerdo es para poner fin al conflicto armado, para nada más”.

 
EDITORIALITO

Está bien que el Ministerio de Minas y la Agencia Nacional de Minería debata desde las regiones las reglas de juego para la explotación de sus recursos no renovables. Y más, en una región sensible al avance de la locomotora minero-energética que ha generado tantos desacuerdos.