La Nación
  Inequidad y pobreza causas de la protesta social 1 29 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

  Inequidad y pobreza causas de la protesta social

Marcos Silva Martínez

Los dueños y explotadores del poder político y económico, no les interesa, ni  responden por lo que la sociedad colombiana requiere, para lograr  redistribución equitativa del ingreso, equidad socioeconómica y justicia social. Y  ahí están las causas de la legítima protesta social.

En los últimos veinticinco años, la concentración de la riqueza, se acentuó dramáticamente,  en Colombia y en el planeta. Es consecuencia natural del capitalismo de mercado, que hace de la acumulación de capital, la razón del poder. Los  dogmas del capitalismo no pueden producir efectos distintos. El transcurrir del tiempo lo ha demostrado, en todo el planeta.

El modelo capitalista demostró su absoluta incapacidad para resolver y aplicar  los requerimientos mínimos  para garantizar equidad y  dignidad humana.

El comunismo, como dogma político-económico-social, fracasó en su predicado propósito, de   solucionar las necesidades básicas, de las mayorías.

Hay factores consustanciales con la condición humana, incompatibles con la uniformidad,  el sometimiento, la obediencia ciega y la anulación de la libertad y la iniciativa individual, que demandan básicas condiciones de determinación personal y de derechos de satisfacción del libre albedrío.

El tiempo se ha encargado de desvelar los pro y contras,  de inequitativos  modelos económico-políticos que se disputan el dominio económico del planeta y al mismo tiempo ha permitido demostrar que es posible construir sistemas de gobierno, en los que prevalecen los derechos sociales (países nórdicos de Europa, entre otros), por  sobre los intereses individualistas y de acumulación de capital.

Del capitalismo: son  inocultables las crisis financieras, económicas, comerciales,  políticas,  laborales y el sometimiento de naciones subdesarrolladas,  a nivel global. La  creciente  pobreza,  miseria y descomposición social, en los mismos Estados Unidos y naciones desarrolladas, lo atestiguan.

Ese modelo económico-político,  es responsable del atraso  socioeconómico-político y desmoralización social de Latinoamericana, Africa, Asia, Medio y lejano Oriente y del creciente descontento, desplazamiento, flujo  de inmigrantes, a nivel global, ya presente en Colombia.

El imperio del capital (el mercado y el consumissmo) y su dictadura de la ganancia,  mantiene a más de 3.700 millones de seres humanos (aprox. 50% del total) viviendo en la pobreza y la miseria. Es el régimen que para mantener su poder y dominación, recurre a todos los métodos,  crímenes y atropellos. Es el régimen que hace de la guerra,  la violencia, la corrupción, el chantaje, la persecución y el crimen,  instrumentos de acumulación de capital,  dominación y usurpación de la soberanía de los pueblos y los derechos fundamentales de los ciudadanos. Y nada de esto es extraño en Colombia.

Ahí están las causas profundas, mediatas e inmediatas de la protesta social, que se extiende como bola de nieve.

Es el régimen en que, el fin justifica los medios y todo vale y en el  que  la ética y la moral son obstáculos para alcanzar y mantener el poder y la riqueza.

La ciencia y la tecnología, facilitan el conocimiento de hechos, causas y consecuencias,  mucho más que hace algunos años.

La gravedad de la problemática socioeconómica mundial, exige que los ciudadanos digieran los conocimientos del acontecer diario. Indaguen por las causas de la pobreza y la miseria, que azota a las mayorías y exija el reconocimiento y respeto de los derechos básicos. Entre ellos, el derecho al trabajo con remuneración justa. Es un derecho fundamental que imprime dignidad a la vida humana.

Y es el derecho que el modelo económico-político vigente, niega a más del 70% de colombianos y del mundo.

Son consecuencia de la irresponsabilidad el poder, la codicia, inmoralidad,  y complicidad de los áulicos del poder. En Colombia lo experimentamos diariamente y se profundiza con la inmoralidad y mediocridad  del poder. El ciudadano debe condenar esta realidad y castigar a los usurpadores del poder.