La Nación
COLUMNISTAS

La disciplina de los partidos

Ejemplar sanción recibió la concejala de Neiva del partido Cambio Radical, Clara Inés Vega, por no apoyar la candidatura de su compañero de bancada Germán Casagua a la presidencia del Concejo de Neiva. La historia es muy sencilla, los cuatro cabildantes de ese partido se comprometieron a apoyar la candidatura de Casagua, sin embargo, por alguna extraña razón ella y otro cabildante del partido se apartaron de la decisión y terminaron apoyando a un candidato de otro partido, es decir, se “voltearon” y le “hicieron conejo” al partido y a su compañero. La reforma política obliga a que los partidos sean uniformes y tengan coherencia, para evitar que por la “mermelada” o por otros intereses se aparten de las decisiones consensuadas. Ahora bien, se establecen excepciones, como la objeción de conciencia o que afecte los intereses de la región que representa e incluiría yo la íntima o manifiesta amistad. Esta clase de sanciones sirven para la política, acostumbrada al cambio de bando de los dirigentes, por eso la decisión tomada desde Bogotá por las directivas del partido Cambio Radical sienta un precedente.

Y ahora se vienen las elecciones regionales y no será nada raro que los candidatos terminen apoyando a candidatos de partidos diferentes a los suyos. En este momento y en el caso de Neiva, hay precandidatos a la alcaldía de Cambio Radical, el partido Liberal, la U, Alianza Verde y eventualmente el Polo Democrático y el Centro Democrático. Lo lógico es que los militantes de cada partido apoyemos a los candidatos de nuestros partidos, a excepción de la amistad y la objeción de conciencia, entre otros aspectos. El partido Cambio Radical tiene cuatro concejales, lo que significa que deben apoyar al candidato Germán Alberto Bahamón o al que salga con el aval y quien no lo haga debe ser sancionado. Lo mismo en la U (que cuenta con grandes precandidatos, siendo el mejor en mi modesta opinión Andrés Mauricio Muñoz), el liberalismo y los demás partidos. Hay que ponerle seriedad a la política, hay que acabar con el transfugismo.

Por último. Interesante la columna publicada en este periódico el pasado lunes, por Francisco García Lara sobre San Agustín, sus vías y sus necesidades. No podría estar más de acuerdo. Lo que me sorprende es que año tras año siempre se escribe sobre lo mismo y nunca se hace nada de parte de la dirigencia.