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‘La educación, clave en el proceso de paz’ 1 29 abril, 2024
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‘La educación, clave en el proceso de paz’

‘La educación, clave en el proceso de paz’ 7 29 abril, 2024
Gabriel Kaplum, comunicador y educador uruguayo.

Para el comunicador y educador uruguayo, Gabriel Kaplum, el momento actual que experimenta Colombia en el proceso de negociaciones de paz es esperanzador. En cuanto a los tiempos de posconflicto, Kaplum identificó algunos elementos como la educación, que puede ser la herramienta para propiciar canales de diálogo, en procura de entender la diferencia y reconocer al otro como sujeto.

El académico uruguayo habló en exclusiva con LA NACIÓN, luego de participar en los foros y conversatorios realizados en Neiva, en el marco de la cátedra Jesús Martín Barbero, organizada por las universidades del Valle y Surcolombiana.

¿Qué educación construir para el posconflicto colombiano?

Aunque uno no puede ni debe opinar desde afuera, tal vez sea útil pensar en una educación donde el conflicto sea un espacio para pensar juntos, que no sea sólo algo en lo que hay que excluir a la escuela, tratar de dejarla afuera. Hay que meter a la escuela, no para generar más conflicto, sino para reconocerlo y para hacer de él un espacio de aprendizaje.

Es un aprendizaje duro en el caso de Colombia, porque el conflicto ha sido largo y no se termina con la firma de un papel y una paz. Será un proceso, pero para que avance hay que tener espacios para pensarlo y la educación puede ser un espacio adecuado. Pensar la educación desde la comunicación más todavía, porque hay que recordar que la comunicación es antes que nada diálogo.

La posibilidad de entablar diálogo y no sólo diálogo en La Habana, también diálogo en cada hogar, barrio, escuela, en cada ciudad. Entonces cómo construir diálogos, me parece que es una oportunidad y una necesidad en la cual la escuela puede contribuir y la educación también.

¿Cuáles serían los elementos principales en los que se debe basar la educación para el posconflicto en Colombia?

Acá es muy importante la idea de entender al otro como un sujeto. Parte de los conflictos tan duros como los de Colombia tienen su base o su raíz en la exclusión del otro, soy yo o tú.

Cuando hay la posibilidad de construir un nosotros es cuando hay la oportunidad de empezar por reconocer que hay en el otro cosas con las que podemos vivir y construir juntos. La escuela puede ser un espacio para eso.

¿Qué responsabilidad tienen los actores en general, en el proceso de la educación para el posconflicto?

Por un lado hay una responsabilidad con la memoria. Conflictos cortos y largos no pueden ser olvidados de un día para otro. La experiencia uruguaya muestra que los intentos de enterrar el pasado son siempre esfuerzos inútiles, porque los muertos vuelven a emerger. En Uruguay, 30 años después seguimos buscando los restos de los desaparecidos. Entonces primero está esa responsabilidad colectiva, saber que la memoria es necesaria.

Hay una responsabilidad con el perdón, pero este no puede surgir si no hay un pedir perdón. Y pedir perdón empieza por el reconocimiento, por ejemplo, de los crímenes y lo digo por la experiencia uruguaya. Han habido momentos en que se espera un perdón sin que nadie lo haya pedido o un perdonar al otro sin que el otro lo haya pedido. Hay que reconocer y encarar las propias responsabilidades. A partir de eso hay un tercer elemento que es la construcción de convivencia, del vivir juntos.

¿Esta es la oportunidad histórica que necesita el país para fortalecer instituciones y a la misma educación?

Creo que es una oportunidad importante. No creo que sea posible empezar de cero, siempre se parte desde algún lugar y se parte, en el caso colombiano, de mucho dolor que no se va a poder negar. Pero sobre el dolor hay que saber construir.

Hay experiencias en otras partes, la misma experiencia modesta y más pequeña de Uruguay tal vez pueda servir, porque aun desde ese dolor hemos sabido o hemos intentado al menos construir, creo que para eso sí es una oportunidad. Y ahí la comunicación y la educación tienen algo para aportar, no son el centro, pero pueden contribuir.

En su concepto, ¿los diálogos de paz en Colombia cuentan con todos los actores sociales necesarios?

No me atrevería a opinar porque no conozco a fondo el proceso de paz, pero los vemos desde fuera con muchísima esperanza. No sé si todos los que deben estar están, si todos los temas están, pero el hecho de que se haya abierto el proceso en sí mismo y los ecos que van llegando de ese proceso fuera de Colombia, a uno le alientan una esperanza, sobre todo porque después de mucho tiempo parece haber la convicción de que sí se puede, no que sea seguro, e insisto, aun con la firma de un papel, los procesos después siempre son largos.

Pero la esperanza es muy importante y yo que tengo por Colombia un particular cariño, lo veo con más esperanza todavía y con más deseo de que sea posible, porque conozco a tantos colombianos a los que quiero, que el que haya la posibilidad de la paz por fin, es una oportunidad del reencuentro y el abrazo con tantos amigos.