La Nación
La manipulación de las masas 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La manipulación de las masas

“Derecho, política y sociedad”

 

Germán Alfonso López daza*

En la política se podría definir la manipulación como el ejercicio de difundir subrepticiamente en la conciencia de la gente ideas, tendencias, conceptos y aspiraciones –sin importar que sean falsas o inmorales-, con el fin de llegar a un objetivo propuesto por el manipulador.

Académicos como Chomsky afirman que en un Estado totalitario no es importante lo que la gente piensa, pues el Gobierno puede controlar al individuo mediante la fuerza. Sin embargo, cuando no es posible controlarlo se le manipula a través de la propaganda.

En el mismo sentido, el psicólogo Edward Bernays expresó en su libro “Propaganda”, que quienes usan este mecanismo en una nación, constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder de un país.

Sociedades con bajo nivel educativo y poco crítico son presa fácil de la manipulación. Si esta base popular es amplia, la capacidad de resistencia de la parte crítica será muy limitada. El político manipulador convence a la masa social, que los orígenes y preocupaciones del pueblo son iguales a los suyos. Busca mostrar abnegación y capacidad de autosacrificio en nombre de la sociedad y que su recompensa nunca será material sino moral.

El manipulador utiliza con frecuencia la técnica de ser una víctima del sistema. En su discurso busca reflejar que sus temores, inseguridades personales y aspiraciones son iguales a las de su pueblo que fielmente representa. El ciudadano prefiere entonces seguirlo, antes que arriesgarse a la llegada de un enemigo invisible pero malévolo. El manipulador es ególatra y celoso; no tolera cuestionamientos ni admite que alguien ocupe su espacio. Sabe de antemano que su vigencia depende de su presencia controladora.

En Colombia, la manipulación de las masas actualmente se evidencia en importantes políticos con tinte de caudillos, que se presentan como adalides de la moral y las buenas costumbres. Hacen propuestas políticas atractivas y salvadoras, pero de imposible materialización y arrastran al pueblo incauto hacia conflictos y desacuerdos con quienes no comulgan con su credo. (*Dir. Grupo Nuevas Visiones del Derecho – USCO).