LANACIÓN.com.co recorrió las huellas del crimen de Rigoberto Rodríguez Gómez, el hombre que fue asesinado y sepultado en su taller de trabajo. Lo golpearon con una pala en su cabeza y lo asfixiaron con una bolsa plástica.
Las paredes y el suelo terminaron ensangrentados, Rigoberto Rodríguez había sido enterrado donde estaba la taza del inodoro. Lo metieron de cabeza, lo cubrieron de arena, pero sus piernas colgaban en el aire.
Una pala lo acompañaba, al parecer con la que el homicida cometió el crimen el pasado miércoles en el taller ‘Tecnicamber’, ubicado en la Carrera 5A No. 1G-26, sur de Neiva, donde ambos laboraban y donde la víctima residía desde hace seis meses.
Nadie escuchó ruidos, ninguno notó lo que pasaba, ni siquiera Fredy Andrés Forero Rodríguez, el dueño del negocio donde ocurrió el asesinato. La jornada del miércoles había terminado, Forero salía hacia su casa, pero al interior del local aún permanecían Rigoberto y su asesino.
Sin personas en la calle, el comercio había finalizado su jornada en el sector: era el momento perfecto para el joven. Las puertas del establecimiento estaban cerradas, el menor de 17 años de edad aprovechó para cometer el homicidio.
Se dirigió hacia la habitación donde dormía Rigoberto y al parecer con una pala lo atacó en su cabeza. Inconsciente, Rodríguez Gómez cayó al piso, mientras tanto el chico quería asfixiarlo, agarró una bolsa plástica y acabó con su vida.
Estaban solos, nadie los oía, la soledad los acompañaba. El homicida optó por sepultarlo, quitó la taza del inodoro y lo metió de cabeza, con arena lo cubrió, medio cuerpo permanecía tapado, su cabeza estaba algo descubierta, mientras que sus piernas, un poco dobladas, colgaban en el aire.
Al día siguiente la ausencia de la víctima llamó la atención del dueño del establecimiento -Fredy-, quien arribó junto con su esposa alrededor de las 7:30 de la mañana. Solo notó al joven, preguntó por Rigoberto, pero éste respondió que había salido a realizar unas diligencias.
Era cerca del mediodía y Rigoberto aun no llegaba. Fredy interrogó nuevamente al chico, pero éste dijo que no había llegado. El día culminó, pero el hombre de 64 años no había regresado.
La jornada del viernes comenzó, otra vez sin la presencia del hombre de la tercera edad que llevaba laborando cerca de seis años en el lugar. Fredy, extrañado por su empleado, empezó a preocuparse, las especulaciones comenzaron a rondar su cabeza, no sabía dónde estaba, pero una inesperada llamada lo sorprendió.
Era él, estaba al otro lado de su teléfono celular. Aparentemente se encontraba en una cita médica. Fredy estaba tranquilo, después de un día volvió a saber de su trabajador, lo que no sabía era el hombre que realmente se encontraba en la otra línea.
No era exactamente Rigoberto, quien lo llamaba era su homicida haciéndose pasar por el anciano, argumentó que no había ido a trabajar porque estaba en el médico, Fredy sin notar algo extraño, le creyó.
El día estaba por finalizar, eran cerca de las 5:30 de la tarde, pero unos gritos alertaron a los comerciantes de la zona. Rápidamente un hombre acudió, era Fredy, del lado izquierdo de su cadera brotaba sangre, el joven lo había apuñalado, al parecer, lo quería asesinar.
“Estaban los dos solos, el pelado dijo que sentía un mal olor, que venía de la habitación de Rigoberto, llamó a Fredy, lo llevó hacia allá, en esas él divisó el cuerpo, pero al devolverse para avisar a las autoridades, el chino le clavó el puñal".
“Fredy empezó a gritar, nosotros escuchamos, así que salí corriendo y vi que estaban agarrados, él sangraba, decía que había un muerto, yo no sabía qué hacer, el pelado se tapaba la cara y decía que lo habían golpeado, no sabía quién decía la verdad”, narró a LANACIÓN.com.co un trabajador de uno de los locales de la zona.
En medio del desespero, el hombre ingresó al baño, no podía creer la escena que observaba, Rigoberto estaba sepultado, sus piernas descubiertas y su medio cuerpo oculto entre la arena, en su cabeza llevaba una bolsa plástica. Al voltearse el asesino había huido, se dirigió hacia la calle, pero no lo divisaba.
De inmediato trasladaron a Fredy Rodríguez hasta urgencias, donde los galenos lo auxiliaron y permanece estable en la Clínica Saludcoop de Neiva.
Por su parte, las autoridades investigan los hechos y tratan de establecer el paradero del joven de 17 años quien se encuentra prófugo tras el asesinato. El cuerpo de la víctima permanece en Medicina Legal a la espera de ser reclamado por sus familiares para darle cristiana sepultura.
