Por su condición de capital y la afluencia permanente de huilenses, todo lo que concierna a esta ciudad tiene eco en el resto del Departamento. Una de las principales problemáticas es sin duda la seguridad, la reciente encuesta de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Dane reflejó la persistencia de la criminalidad urbana que se ha venido intensificando como en el resto del país. Por ejemplo, en el total de las 28 ciudades objeto de estudio, el 18,2% de la población de 15 años y más reportó haber sido victimizada, en tanto que en Neiva, la tasa de victimización fue de 23,1%; el hurto a residencia fue 3,3% y para Neiva del 7,0%; el reporte de robos a personas global fue 11,2% en tanto que para la capital huilense llegó al 12,1%.
De otro lado, la movilidad en la capital del Huila presenta serias deficiencias. Los principales ejes viales de la ciudad colapsan en las llamadas horas pico, algo normal para una ciudad intermedia con un crecimiento exponencial en su parque automotor, sin embargo, bloquear la ciudad es aparentemente fácil. Si los estudiantes de la Universidad Surcolombiana taponan las carreras Primera y Segunda, entrar o salir del norte de la ciudad se vuelve un reto vehicular. Si por algún motivo un evento en el estadio de fútbol exige cerrar el paso por la avenida Buganviles, son los habitantes del oriente los que sufren las consecuencias.
Las vías de Neiva son insuficientes y es necesario materializar obras para mejorar la red vial. Construir nuevas avenidas e intercambiadores en rutas estratégicas es prioritario, según el estudio del Sistema Estratégico de Transporte Público, el cual pretende en mediano y largo plazo entrar a solucionar las deficiencias en la movilidad. A lo anterior, se suma el problema del transporte ilegal, que según las autoridades locales y el gremio de taxistas, en 2014 superó los 3.000 mototaxistas.
En el comercio también se torna complejo el aumento de la informalidad. Estadísticas recientes hablan de aproximadamente 2.900 vendedores ambulantes en Neiva, sin que hasta el momento exista una eficiente solución a este tema por parte del Gobierno local.
Otro reto es cumplir la disposición legal frente a las aguas residuales que son arrojadas al río Magdalena. Aunque se ha logrado avanzar en los últimos años, aún siguen llegando 1.000 litros de agua por segundo al afluente sin ningún tipo de tratamiento.
Además, llega un año muy movido en materia electoral, lo que trae consigo desde los afanes propios de las campañas hasta un nuevo periodo de Ley de Garantías. En 2015 y hasta el 25 de octubre del año, candidatos a alcaldía, concejo, gobernación y asamblea, se tomarán Neiva para lograr su objetivo. Finalmente, está el postconflícto. Neiva es una ciudad receptora de población desplazada, de darse un resultado positivo en el proceso de paz, jugaría un papel muy importante en materia de políticas sociales.
Serán los gobernantes, autoridades, gremios y ciudadanos los encargados de adelantar las acciones correspondientes para que los retos de Neiva el próximo año sean superados para el bien de todos.