La Nación
Luis Manuel Alí Herrera 1 27 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Luis Manuel Alí Herrera

Habrá de oírse mucho de él. Este nombre debemos tenerlo en cuenta. Difícilmente conquistará las cumbres vaticanas por no ser europeo, pero algo así se predicaba del argentino Jorge Mario Bergoglio y resultó elegido en 2013 como Su Santidad el Papa Francisco, título que seguirá ostentando hasta culminar su tránsito terrenal, como denota su férrea actitud ante la enfermedad y el cansancio físico por sus 88 años.

Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de  Bogotá, Secretario de la Conferencia Episcopal de Colombia, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores,  y obispo titular de Giubalziana (milenaria diócesis cerca de Qayrawan, Túnez, sede episcopal de la provincia romana de Bizacena), entre otros encargos de no menor importancia, a sus 53 años monseñor Luis Manuel Alí Herrera ha sido designado Secretario de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores por el Papa Francisco, elevado ministerio de la curia romana que indica al Papa propuestas para la protección de menores y personas vulnerables y para acompañamiento de las víctimas en casos de abuso, dirigiendo además las relaciones entre la Comisión y las Conferencias Episcopales Regionales y la articulación de iniciativas con otras dependencias de la Santa Sede, con todo lo que ello implica en materia de prevención y protección al interior de la Comisión Pontificia a su cargo y de la Iglesia en cada país.

Tan altos ministerios a ‘corta edad’ auguran que será el cardenal más joven de Colombia en su historia. La labor pastoral y social con los jóvenes; el esfuerzo por la protección de menores y personas vulnerables; la lucha frontal contra la pederastia; la visión y talento haciendo del diálogo sinodal una herramienta laica y comunitaria, son escalones para alcanzar el especial lugar en las cumbres vaticanas y relación estrecha con los casi 1.400 millones de católicos.

“Desde hace tiempo la Iglesia dejó de caer en la tentación de los partidismos políticos, pero tenemos la responsabilidad de ser agentes políticos, somos ciudadanos de una nación, por eso no podemos ser ajenos a las distintas realidades, máxime cuando tocan la dignidad humana (…) Desde los grupos, los territorios, las pequeñas comunidades, estamos llamados a alzar la voz”. Esta convicción de monseñor Alí le hace cercano al necesitado de aliento espiritual y social sin caer en extremos dañosos harto conocidos.

Monseñor es orgullo barranquillero y colombiano, ahora que necesitamos de ello.