La Nación
Más esencia que carisma 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Más esencia que carisma

Javier Cabrera

 

Como lo he dicho anteriormente, la política y su ejercicio cambiarán por cuenta de esta pandemia. En adelante la posibilidad de cautivar a un electorado, y  las estrategias que se planteen para lograrlo deben ser diferentes. Los consultores y asesores no pueden seguir soportándose en solo publicidad y marketing, el maquillaje seguirá funcionando, pero los electores podrán ver más allá de lo que les pintan. Las redes sociales serán protagonistas. El actor político no puede seguir pareciéndose tanto al personaje que vende, debe más bien identificarse con él que el es, o  puede ser.

¿Que tanto estarán entendiendo ellos esta necesidad de adaptarse?, ¿Hasta que punto  dan importancia a lo que está pasando en nuestro entorno y que tan relevante les será el tener que respaldar su imagen, no solo en su apariencia como  candidato o gobernante, sino en la calidad de su liderazgo o de su SER humano?.  Es más, ¿será que su soberbia les permite escuchar lo que esta pasando en nuestra sociedad?

Tratando de entender lo que pasa por su cabeza,  sus sentimientos, lo que en sus momentos secretos piensan, me encontré con reflexiones interesantes que pueden servirles y de las cuales iré hablando en mis  columnas y videos.

En un Fragmento de Vilaseca, Borja, del libro “Encantado de conocerme: Comprende tu personalidad a través de Eneagrama”, encontré lo siguiente refiriéndose al ser humano: “Entre otras cualidades innatas, la esencia nos acerca a la responsabilidad, la libertad, la confianza, la autenticidad, el altruismo, la proactividad y la sabiduría, posibilitando que nos convirtamos en la mejor versión de nosotros mismos.” Al leerlo entendí que muchos políticos en lugar de habitar su esencia se quedan soportando su imagen en su carisma, tomando decisiones improvisadas, y falsas. La mayoría escoge el camino fácil, aparentan lo que no son, y dejan que su ego les domine. Es como si trataran de liderar mirándose al espejo, a la espera de quedar bien, solo para recibir aplausos, aún a sabiendas de que son falsos, ya que se dirigen a la imagen que reflejan y no a lo que ellos son en realidad, en su esencia.

Olvidan que el carisma, palabra que procede del latín «charisma», que significa agradar o hacer favores, atrae y genera confianza, pero no credibilidad. Mientras que la esencia a diferencia del simple carisma invita, moviliza e inspira desde sus acciones, trascendiendo la confianza para consolidar la credibilidad, esa que tanto necesita la política actual.