La Nación
COLUMNISTAS

No al consumo de marihuana

En torno a éste tema son variadas las posiciones del congreso de la República que polemizan unos a favor otros en contra de la despenalización de la marihuana para usos terapéuticos.

No se trata de atacar personas, ni cuestionar la posición en la que se sostiene cada quién.

Debemos partir de una realidad y es una sola: si algo le cuesta al ser humano es tener “dominio propio” en especial sobre sus emociones y sentimientos.

En su mayoría las personas buscan medios y sustancias, para sentir emociones vibrantes que los saquen (escapismo) de la cotidianidad y la rutina.

Existe una falsa creencia acerca del sentido que a la vida le da el consumo de una droga que genera de momento una respuesta de euforia pero a la larga afecta una cantidad de sistemas y procesos en el cerebro como el hipocampo, la atención, la capacidad de recordar, entorpece la coordinación y el equilibrio al adherirse a los receptores en el cerebelo y los ganglios basales, crea estados de delirio y depresión. Algunos experimentan psicosis aguda con alucinaciones y pérdida de identidad.
 
Algunas personas argumentaran esta postura basándose en que se concibe la despenalización desde un enfoque terapéutico para mitigar el dolor sin ir más allá, sumado a eso la acogida que ha tenido esta propuesta en otros países del mundo.

Se ha sustentado que la “prohibición” es una forma de hacer que las personas consuman más  droga basada en la premisa de que: “lo prohibido es lo más rico”, mientras que la despenalización le restaría este matiz de provocativo. 

Lo cierto es que despenalizar el consumo de marihuana así sea para usos terapéuticos es un “sofisma de distracción”, es decir una idea vendida como algo “bueno”, cuando realmente no lo es.  Generalmente el ser humano se deja llevar por lo que un buen número de personas dicen o por lo que escuchan sin darse a la tarea de profundizar e investigar.

Es tan sencillo de comprender que sin ir tan lejos, podemos hacer una pequeña evaluación de cuántas personas:
–         Han caído en la infidelidad?
–         Tienen problemas de alcoholismo.
–         Tienen adicción a los juegos de azar y de casino.
–         Tienen adicción a la pornografía.
–          Tienen conductas sexuales desviadas como el “fetichismo”, “sodomía”, “paidofilia”.
 

Y podemos seguir citando un sin número de comportamientos humanos salidos de la normalidad y en desequilibrio.  Este ejercicio nos muestra como la fragilidad del ser humano y la falta de “dominio propio” lo lleva a desviarse y a buscar emocionalidades, placeres, pasiones que destruyen una: “vida”, “familia” y  la “sociedad”.
 

 
*Sicóloga