Otra semana para olvidar, para el presidente Gustavo Petro. Se cayó en el congreso la reforma a la salud que venía impulsando la ministra de esta cartera, Carolina Corcho, reforma muy cuestionada por el ex ministro de Educación, Alejandro Gaviria. La ministra de trabajo, Gloria Inés Ramírez, amenazó públicamente al CEO de Rappi, afirmando que si el directivo de la app no se sentaba con el gobierno en una mesa técnica, “se van a las calles”, haciendo alusión a la manifestación que se presenció esta semana en Bogotá por parte de “Rappitenderos”; lo que hay que ver, el gobierno amenazando a la empresa privada, ¿a dónde nos quieren llevar? ¿Venezuela?
Esto es un poco de lo que sucede en casa, ahora hablemos de lo que pasa con los vecinos, la política exterior. El gobierno de Dina Boluarte, de Perú, anunció esta semana que retira definitivamente el embajador peruano en Colombia, debido a que el ex militante de la guerrilla del M-19 y ahora presidente de Colombia, Gustavo Petro, desconoce el autogolpe de Estado realizado por el ex presidente Pedro Castillo el pasado 7 de diciembre, al intentar diluir el congreso. La posición de Petro no sorprende, es la de un digno seguidor de la ideología de izquierda Latinoamérica, impulsada en las últimas décadas por Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Fidel Castro, Raúl Castro, entre otros.
Gustavo, Gustavo, qué hará ahora que le hundieron la reforma a la salud? Promover marchas, invitar a los jóvenes a que prendan fuego en el país, así como lo hizo en la oposición, solo porque democráticamente la propuesta de reforma a la salud planteada por su ministra es un disparate con el que podrían acabar con el sistema actual, llevando la salud de los colombianos a la quiebra y tener así control del bienestar de todos. A tal punto de inviable era la reforma propuesta por Carolina Corcho, que su compañero de gabinete, quien fuese ministro de Salud en el Gobierno de Santos, Alejandro Gaviria, la cuestionó por el fuerte impacto que tendría en el sistema.
Nada sorprende en un gobierno liderado por quien integró la guerrilla del M-19, en democracia no le aceptaron la reforma de la salud, es criticado por el fiscal general de la nación por las conversaciones que adelanta con la guerrilla del ELN, si imagen y aceptación ha bajado notoriamente, el “pueblo”, como él los llama, ha salido a manifestarse en muestra de la no aprobación sobre medidas que ha tomado en materia económica, esperemos que no ocurra como en el gobierno de Santos, perdió en el plebiscito para realizar el acuerdo de Paz con las Farc y aun así lo terminó haciendo.
No ha cumplido un año el gobierno de Gustavo Petro y son cientos de sorpresas las que se han llevado sus simpatizantes, quienes esperaron y confiaron en un ex guerrillero, en la promesa de un cambio que, espero que así no sea por el bien de todos, será para mal, con las ideas de una persona que cuestiona la empresa privada y promueve políticas para poner barreras que impidan su crecimiento y desarrollo, afectando indirectamente a millones de personas que votaron por él, a la gente del común, quienes a diario se levantan para buscar un sustento.
Una semana con otra derrota, para Gustavo, ya veremos que sigue la próxima semana, esperemos no sea otra derrota porque por cada una seguro vendrán golpes más fuertes para los colombianos, liderados por una persona que, a como de lugar, aprovechará su poder para seguir sus pensamientos ideológicos sin importar los aportes técnicos que expertos puedan darle sobre cualquier materia.