Cinco jóvenes huilenses le apuestan a la recuperación del encadenamiento de la producción del autóctono bizcocho de achira de Altamira, Huila. Índica es la empresa que enarbola las banderas de este proceso que apenas empieza, pero que ya promete desarrollo a la región.
Carolina Argüello Cruz
Alex Orlando Orozco, Jhon Eder Orozco, Óscar Mauricio Losada, Diego Manrique y Felipe Rojas, son cinco jóvenes huilenses que le apuestan a la recuperación de la tradición que encarna el bizcocho de achira de Altamira, Huila. Municipio, por naturaleza, conocido como la cuna de este producto insignia del departamento y apetecido por propios y visitantes.
Este grupo de emprendedores, tres de ellos de Altamira, vio desde su infancia cómo, poco a poco, se iba perdiendo una bonita tradición. Era tal el deterioro de este producto que de repente se dejaron de producir los insumos y comenzaron a abrirle la puerta para que llegara harina de achira de otros municipios e incluso de países como Ecuador. Así, se fue perdiendo la calidad de un producto que cae bien a todos los paladares.
En 2016 comenzó un sueño llamado ‘Índica, achiras especiales de Altamira’, proyecto creado bajo la consigna de recuperar el terreno perdido. Se instalaron en la vereda Rancho Espinal, de este municipio del sur del Huila y en un proceso minucioso comenzaron a estudiar cómo sería el desarrollo de esta idea que se comenzó a materializar desde hace 13 meses.
“A raíz de unos estudios que se realizaron por Corpoica y Pronata, nos documentamos en el desarrollo del proceso. Se creó un proyecto que fue dirigido al Ministerio de Agricultura, pero nunca tuvo fondo porque no teníamos ningún tipo de apoyo. Ahí se pensó en desarrollar el proyecto con recursos propios y empezamos a investigar cómo se cultivaba, las condiciones agro-climatológicas en que se desarrolla el cultivo, los pisos térmicos, el tipo de suelo y toda esa investigación fue para mirar cómo podíamos cultivar la achira y de cierta forma hacer una escuela para aprender el proceso completo”, explicó Jhon Eder Orozco.
Cultivo
Una vez terminado este proceso, decidieron empezar con el cultivo y sembraron tres cuartos de hectáreas de una especie de achira llamada ‘La nativa de Altamira’, que como dice Jhon Eder, ingeniero agrícola, es dónde se siente cómoda y donde se desarrolla sin problema.
“Inicialmente cuando empezamos, la gente no creía en el tema e independientemente de eso, teníamos que demostrarlo porque la idea es asociar a todo el municipio al proyecto, pero teníamos que iniciar”.
Lo que se busca con Índica es que sea un trampolín para fomentar la economía para el municipio ya que dentro de sus principios está vincular solo personas de Altamira.
Producción
Muy bien reza el dicho de que todo lo que se siembra, se recoge. Desde hace seis meses, luego de que los cultivos dieran sus primeros frutos, estos emprendedores avanzan en la producción de este carbohidrato con una aceptación que no imaginaron.
Actualmente, se producen a la semana cerca de nueve arrobas de bizcocho y aunque no todo es perfecto, se trabaja para que cada vez el producto sea de mayor calidad.
“La meta es la exportación y estamos en un proceso en que tenemos un producto que estamos puliendo y que gracias a Dios ha dado resultado positivo, lógicamente tiene su falencia, pero para eso, estamos en una retroalimentación de lo que llevamos produciendo”, dijo John Eder.
Gracias a la comercialización, han podido demostrar la veracidad de su teoría basada en que Altamira es un municipio productor tanto de achira, como de la harina de achira, principal insumo para la realización de esta especie de bizcocho.
Teniendo en cuenta que en Altamira se sigue produciendo bizcocho que no cuenta con las especificaciones del tradicional, Índica busca obtener un sello de calidad que identifique este producto como autóctono del Huila y Altamira. En la finca de Rancho Espinal, ubicada en el sector conocido como Llano de la Virgen, además, de la harina de achira, se produce la cuajada y los huevos, es decir que todos los ingredientes son 100% huilenses.
Proyección
Sostener una empresa no es nada fácil en Colombia, por tanto, los empresarios comenzaron a buscar apoyos por parte del Gobierno Departamental que les aporte herramientas que le permitan mantener una producción continua.
“La idea es obtener algún recurso para mejorar la planta de procesamiento y el cultivo. En el evento que no se dé ningún apoyo, seguiremos como lo hemos hecho hasta ahora, a cuenta propia, o buscaremos algún crédito o algo para poder continuar”.
Un ingeniero de petróleos, un ingeniero electrónico, un ingeniero forestal, un ingeniero agrícola y un diseñador gráfico, le han dado vida a una iniciativa de la que muy pocos confiaban, pero que con orgullo, persistencia y constancia han logrado sacar adelante.
Hoy, la semilla de la achira comienza a regarse en tierras del municipio de Campoalegre, en la finca de un agricultor que le sigue los pasos a este proyecto visionario que busca integrar inicialmente a los altamireños.
