La Nación
Cecilia López Montaño
COLUMNISTAS OPINIÓN

Que querrán los Gilinsky

Cecilia López Montaño

La respuesta a esa pregunta solo la tienen ellos, los Gilinsky pero su propuesta de compra de Nutresa, llamada el negocio del año, puede tener otras motivaciones. Si se analiza la adquisición de Semana, negocio que no les ha resultado tan bueno según dicen quienes manejan sus números, sí tenía una intención, alcanzar mayor poder político. Lo que hoy representa esta revista muestra que se entregó al gobierno o mejor al uribismo que además no está en su mejor momento y su futuro está complicado. Consiguieron ese poder político que querían es una pregunta cuya respuesta puede tener varias caras. Sí, el gobierno los ve como un gran apoyo, pero su desprestigio como medio de comunicación es inmenso. Ya no figuran entre aquellos con mayores seguidores y sin duda eso tiene que ver con su gobiernismo y su uribismo. Su nivel de influencia en otras esferas como el mismo gobierno y el ámbito del Palacio de Nariño solo lo saben ellos, pero puede suponerse que es mucho.

Si esto último es verdad como parece, sí consiguieron con esa jugada obtener poder político pero muy efímero porque al gobierno le queda poco tiempo y además sus seguidores ya son una minoría. Claro que colocaron a un Gilinsky en una embajada, pero es tan poco que no justificaría el mal negocio en términos de dinero hicieron. Eso será suficiente en términos de ese tipo de poder que estuvo detrás de la compra de Semana, es un tema que de nuevo solo los Gilinsky lo saben.

Siguiendo esa línea de raciocinio la oferta para quedarse con una mayoría de Nutresa más que un negocio también parece que tiene un objeto de aumentar su poder político en el país. Es decir, esta negociación con el GEA es una lucha de poder. Y conociendo a los empresarios de ese poderosísimo grupo difícil pensar que se dejen ganar en esa pelea que no es precisamente por la plata.

Si la verdad es esa, el grupo antioqueño no se va a dejar quitar semejante estrella de la corona de alguien con quien se enfrentaron durante muchos años. Precisamente este grupo hoy figura entre los súper ricos del país. Son muchos los actores que están en juego, pero sin conocer las intimidades de esta operación la respuesta a la pregunta de que mueve a los Gilinsky si puede estar por ese lado y los paisas son los paisas. Y más aún, el estrellato del grupo empresarial antioqueño no estaría dispuesto, suponemos, a otro golpe de imagen, aunque represente mucha plata, que se sumaría al que han sufrido por su pelea con el alcalde de Medellín. Se escuchan apuestas. Aquellos que creen que es un negocio, en un orilla y otros que creemos que es realmente una lucha de poder en la otra.

Lo importante del resultado es que el país no pierda y menos aún su gente. Pero queda rondando la pregunta de si a algunos de los actores de semejante transacción les importa realmente la gente de este país, trabajadores, proveedores y clientes. Una duda adicional: ¿tendrá algo que ver esta jugada de los Gilinsky con la próxima campaña presidencial?