Con una inversión de 7.689 millones de pesos, el municipio de San Agustín tendrá como nueva fuente de abastecimiento de agua el Río Naranjos, ante el dramático deficit que presenta la actual fuente, la quebrada El Quebradón.
La historia del acueducto en San Agustín está dividida en tres etapas: la primera, hacia 1935, cuando merced al esfuerzo del alcalde, el personero y la comunidad de la época se construyó de forma rudimentaria el primer servicio local de acueducto, el cual se alimentaba del arroyo El Cabuyal, conocido también como quebrada Las Moyas y era distribuido a partir de un tanque a llaves terminales dispuestas estratégicamente en algunas esquinas del poblado, a fin de facilitar el acceso de los ciudadanos ya que hasta ese momento solo los nacederos naturales (“moyas” como suelen llamarse allá) que rodeaban el incipiente poblado, eran los abastecedores del líquido con los consecuentes inconvenientes de higiene, calidad y hasta conflictos que los mismos implicaban.
Este primitivo acueducto fue fugaz y para 1938 ya se dispuso de uno nuevo, con más capacidad y mejores materiales para una población en aumento. Se destaca la figura de don Pastor Motta, como uno de los ciudadanos que más contribuyó, incluso económicamente, con el proyecto. Hubo que esperar hasta 1971, cuando el actual acueducto, que tomó ya el agua de la quebrada El Quebradón y que fue construido por INSFOPAL, se dio al servicio, siendo esta la fuente del actual abastecimiento de agua por medio siglo.
Sin embargo, frente la creciente demanda de agua en la localidad y con el debilitamiento de la quebrada, en los últimos lustros se evidenció cada vez más la improrrogable necesidad de localizar una nueva fuente de dónde nutrirse, pues el temor de una sequía empezó a percibirse con apremiante preocupación; pero fue solo hasta la actual administración que se logró tal objetivo. En ese sentido y desde su Plan de Desarrollo el actual burgomaestre, Luis Fernando Llanos Pabón dirigió sus esfuerzos al alcance de tan ambiciosa meta, la cual se logró ya en parte inicial con la firma del correspondiente convenio y demás documentación, además de la socialización del ambicioso proyecto el pasado 10 de marzo en San Agustín.
La Gobernación del Huila, aportó 6189 millones de pesos y departamento, el municipio de San Agustín, aportó la suma de 1500 millones de pesos, Aguas del Huila es el ejecutor del proyecto que se encuentra en marcha. El río Naranjos será el nuevo proveedor del preciado líquido para San Agustín y gracias al tamaño del caudal y calidad del agua se garantiza un suministro idóneo para una población en acelerado aumento y donde además la oferta de servicios turísticos no ha cesado de aumentar las últimas dos décadas. Las obras a ejecutar serán bocatoma, desarenados, la aducción y viaductos. Anticipando el futuro, el alcalde Llanos Pabón, ha priorizado la compra de predios para blindar en extremo la zona contra futuras deforestaciones y una eventual presión de la frontera agrícola y ganadera; así entonces, se han adquirido cientos de hectáreas en zonas aledañas a la bocatoma para su conservación, de tal forma que sea posible certificar que la fuente del río Naranjos va a estar protegida en el mayor tiempo posible.
Aunque aún pase desapercibido, este quizá sea el más ambicioso, más valioso y más grande proyecto ejecutado en favor del pueblo de San Agustín en los últimos cuarenta años y lo seguirá siendo por mucho tiempo pues, y nunca sobra decirlo: sin agua no hay vida.