La semana santa tiene una importante recarga reflexiva para los creyentes. Aunque la búsqueda espiritual en muchas ocasiones esté relacionada a los momentos difíciles cuando requerimos una sanacion, oportunidad o esperanza divina que nos permita superar alguna adversidad; debería ser una constante hacer altos en el camino para agradecer y pensar en nuestras vidas.
La salud resulta fundamental para realizar las tareas diarias, y tal vez no estamos preparados para una discapacidad temporal o definitiva; hace unas semanas tuve una lesión que me imposibilitó caminar, y solo en ese momento entendí que lo que hacemos a diario como respirar, comer, transitar, y demás, es normal y una fortuna de la que poco somos conscientes. También es oportuno prevenir otro tipo de enfermedades a futuro, bajando el estrés o la mala alimentación.
Así como la salud es elemental, también lo es el trabajo donde pasamos el mayor tiempo de nuestras vidas, la oficina o puesto se convierte en una segunda casa; en la actualidad con tantas limitaciones de vacantes laborales, en la gran mayoría de los casos no es una elección sino una necesidad que suplimos al aceptar un trabajo, y no está del todo mal, el problema es cuando nos hace infelices, trabajar en lo que se ama es una verdadera bendición.
Tambien es clave analizar quienes hacen parte de nuestros círculos cercanos, para no llevar una vida ligada a todo tipo de relaciones inapropiadas, por las cuales terminamos descuidando a nuestros padres, amigos o quienes siempre estarán cuando las cosas no van bien; la lealtad y confianza fortalecen la vida espiritual.
Para terminar, creo que muchos somos conocedores de la importancia de estos temas, pero lo difícil es apropiarlos como hábitos o tomar decisiones. la reflexión no se trata de castigarnos, es una forma de vernos desde el horizonte de nuestra fe, para analizar qué tanto estamos trabajando por ser mejores que ayer.
Que sea una semana mayor para pensar en nuestra salud, trabajo y relaciones personales, con la firme convicción que ante los inconvenientes a veces es necesario colocar la otra mejilla para poder avanzar.