La Nación
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Tan cerca y tan lejos

Humberto de la Calle, en el foro organizado por la Universidad de El Rosario, El Tiempo y la Fundación Hanns Seidel, hizo recordar aquello de que, en ocasiones, las distancias aparentes predominan sobre las cercanías reales.

Eso es lo que está sucediendo con el  asunto de la cesación de la violencia de las Farc, como condición para conversar y llegar a acuerdos viables.

En dicho encuentro, De la Calle afirmó que el Gobierno debe ver claras coincidencias en materia de justicia, garantías mutuas y seriedad en el cese del fuego para que la cesación bilateral pueda operar antes de la versión final del acuerdo.

Y, de otro lado, reiteró lo relacionado con la vigilancia o veeduría y el acantonamiento de los miembros de ese grupo.

En cuanto se refiere al Centro Democrático, éste sigue insistiendo en la necesidad del cese unilateral de fuego y hostilidades por parte de las Farc, en la verificación seria, capaz, experimentada, con músculo político y económico, la cual requiere concentración, y en la reciprocidad.

Por otra parte, esa organización declaró un nuevo cese unilateral temporal verificado por Unasur y colombianos por la paz.
 
¿Cuáles son las coincidencias?

En primer lugar, se acepta la conveniencia, por distintas razones, de parar las acciones violentas antes de llegar a los acuerdos definitivos.

En segundo lugar, existen identidades acerca de que la verificación es necesaria.

En tercer lugar, la concentración o acantonamiento se considera, en diversas circunstancias, como una necesidad para la vigilancia adecuada.
 
¿Cuáles son las diferencias?

El Gobierno plantea la eventualidad de un cese bilateral, antes del final, con acantonamiento y veeduría, mientras la oposición democrática propone cese unilateral con concentración, verificación y reciprocidad.

La discrepancia gira, entonces, en la práctica, alrededor de la bilateralidad o la reciprocidad por razones de naturaleza institucional, según la visión de los críticos.
Ahora bien, si las Farc manifiestan la voluntad de suspender acciones y el monitoreo, en éste punto surge una pregunta inevitable.

Habida cuenta de que se trata de un tema fundamental para el futuro de las conversaciones y de las posibilidades de alcanzar la paz, ¿es posible hacer un esfuerzo para construir una posición nacional con respecto a éste asunto, con el fin de llevarla a la mesa de los diálogos en Cuba y discutirla con las Farc?

La respuesta es: no solamente es posible, es necesario.

Bien dijo el doctor Carlos Raúl Yepes, en el foro que se mencionó al principio, que las Farc se equivocan si creen que están negociando solamente con el Gobierno, toda vez que, en verdad, lo hacen con la sociedad colombiana.

Siendo así, no hay ninguna razón para que, en un aspecto tan sensible como el que aquí se trata, quienes están a éste lado de la mesa sigan tan lejos estando tan cerca.