El evento que tuvo gran acogida fue un motivo más para sentirse complacido de estar durante estos años al servicio de la justicia huilense.
LA NACIÓN habló con Enrique Dussán Cabrera entorno a su profesión y su faceta como escritor de literatura infantil.
¿Cumplir 25 años como magistrado que significa para su vida?
Indudablemente mucha satisfacción, un reto logrado. Nunca pensé que llegara a cumplir 25 años en esta labor. Motivo por el cual lo celebramos con una actividad académica, que creemos, es una buena forma de demostrar que en este tiempo se puede hacer justicia y lograr más en nuestro país.
Es una actividad donde estamos reivindicando la labor del juez. Quise rendir un homenaje a todos los jueces del Huila y de Colombia de tal manera que el eje central es la actividad judicial.
¿Cómo ha sido su carrera de magistrado del Huila?
Me posesione y empecé a laborar como magistrado del Tribunal Administrativo del Huila el día 24 de agosto de 1990 y ha sido un trasegar de mucha trascendencia, porque empecé con la Constitución de 1886 y luego me tocó la Constitución de 1991, cuando inicié con el conocimiento y la aplicación de las acciones de tutela y múltiples experiencias laborales.
Han sido 25 años donde hemos conocido muchos casos de diferente naturaleza lo que me ha llevado a tomar diversas decisiones, unas que han gustado y otras que no, como es normal en la labor de todos los jueces de Colombia y del mundo.
Nuestras decisiones obedecen fundamentalmente al estado social de derecho y conforme a lo que la constitución y la ley nos autorizan.
¿Qué servicios atiende el Tribunal?
En el Tribunal Contencioso Administrativo el demandado suele ser el Estado ya que sabemos que muchas veces ha sido violador de derechos, no solo fundamentales sino de carácter legal, de tal manera que los que se sientan lesionados en esos derechos tienen diferentes medios para acudir ante la justicia y poder hacer que se les defienda y les respeten sus derechos.
¿De qué forma combina la faceta de ser magistrado y escritor?
Cuando mis hijos estaban pequeños como padre me encargaba de ayudar en la crianza y una de las formas que se me facilitó fue contarles historias, cuentos muchos de esos eran geniales y entonces mi esposa me motivó a que los escribiera, lógicamente escribí algunos de ellos y son parte de las publicaciones que ya se conocen.
¿Cuál es su experiencia como escritor?
Indudablemente es un ‘hobbie’, lo hago más por el placer que eso genera, sin mayor pretensión que la de intercambiar ideas con quien quiera leerme.
Eso ha motivado a que en algunos colegios y escuelas me hagan invitaciones para participar con los niños.
Creo que debemos defender a los niños, me duele lo que pasa con los menores en Colombia, cada vez que escucho que lesionan un niño o lo maltratan, me motiva a escribir.
Una de las formas con la que podemos lograr que nuestros niños tengan una vida más alegre, es creándole estos espacios de los cuentos.
El objetivo es secundario porque creo que si yo pude hacerlo con mis hijos y logro que muchas personas lo hagan con sus propios hijos, es un motivo de satisfacción.
Finalmente ¿que contempla dentro de sus planes?
Estamos en esta labor, la aspiración es llegar al Consejo de Estado si es posible y si no se da seguimos administrando el tribunal de justicia con mucha alegría y entusiasmo.
Me siento complacido porque el auditorio se ha llenado y han respondido a esta convocatoria.
Su faceta como magistrado la combina con la literatura.