La Nación
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¿Y los culpables?

Nada nuevo hay en el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) acerca de la retoma del Palacio de Justicia pues los lamentables hechos son bien conocidos por todos los colombianos, otra cosa es que la justicia colombiana después de 29 años haya sido incapaz de encontrar a los culpables, tanto los que dieron las ordenes como quienes las ejecutaron.

Se condenó al estado colombiano de manera genérica y aunque hay dos altos oficiales del ejército condenados en primera instancia por los hechos, uno de ellos, según afirman los medios con proyecto de fallo absolutorio en segunda instancia, aún no sabemos a ciencia cierta quienes fueron los responsables, es decir tenemos muy poco de justicia, menos de reparación, así en el fallo se hayan ordenado unos pagos que para la magnitud de los hechos lucen irrisorios, y nada de verdad.

Afirma la CIDH que se desconocieron los informes de inteligencia que indicaban que la toma del palacio era inminente, y conociendo a ciencia cierta que quienes estaban al frente de las fuerzas armadas no eran ineptos y por tanto es poco probable que pasaran por alto las advertencias, no queda la menor duda que a los altos mandos de las fuerzas militares de la época les convenía que la toma ocurriera con el fin de retomar el palacio a sangre y fuego, mandando un claro mensaje a un gobierno que estaba comprometido con la paz.   

El fallo es indiscutiblemente un avance para las víctimas pues los han reconocido como tales, hasta hace unos meses se aseguraba que no había desaparecidos y se negaban las torturas, ahora con la sentencia es imposible negar lo innegable.

¿Qué sigue?, lo lógico sería que el gobierno y las autoridades judiciales se comprometieran en la búsqueda de la verdad, la toma del palacio de justicia es una parte inconclusa de nuestra historia que necesita ser resuelta, no es solo por la averiguación que permita hallar a los culpables, es para garantizar que hechos como esos nunca vuelvan a suceder, por el bien de la institucionalidad y de las propias fuerzas armadas se debe llegar a la verdad encontrando a los verdaderos responsables.

En la retoma del palacio de justicia lo único que no se defendió fue precisamente “la democracia maestro”, pues los asesinatos, las desapariciones y torturas comprobadas fueron un acto premeditado de actores que actuaban a nombre del estado y tenían la obligación de proceder dentro de la Constitución y las leyes.    
       garcia.francisco@javeriana.edu.co