Yurani Yanqui Muse, la pequeña víctima de apenas dos años de edad, no sobrevivió al criminal ataque. Los dos ‘tatucos’ le apagaron sus sueños en la vereda Calandaima, donde vivía en medio de la pobreza.
Cerca de allí se encontraba la unidad militar, blanco del ataque dirigido al parecer por 'Leonel Paz', jefe de la columna móvil Gabriel Gálviz de las Farc.
La explosión afectó a su progenitora Elmelinda Muse y dejó aturdidos a su padre Rodrigo Yanqui y a sus tres hermanos, también menores de edad.
La campesina, de 34 años, fue llevada al puesto de salud de Miranda y posteriormente fue remitida al Hospital Universitario del Valle, en Cali, donde fue operada por heridas en el rostro. Los otros dos menores y su padre fueron dados de alta horas después del hecho.
Marcha civil
La alcaldesa encargada, Claudia Oyola, condenó el abominable crimen y convocó una marcha para hoy, pidiendo que frenen los ataques contra la población civil, como lo reclama a gritos el país.
"Lamentamos lo sucedido y expresamos nuestra voz de condolencia y apoyo a las familias afectadas", expresó la mandataria. “ Desde hace dos años no se presentaban ataques en el municipio y teniendo en cuenta el proceso de paz esperábamos que no volvieran a ocurrir", exclamó como muchos sectores del país.
“Si bien se acordó negociar en medio del conflicto, esto no justifica que la guerrilla viole el Derecho Internacional Humanitario, porque el conflicto es entre las personas que están alzadas en armas y la fuerza pública", se lamentó el Defensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora.
Recompensas
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón también rechazó el ataque y ofreció una recompensa de 50 millones de pesos a quien dé información que facilite la captura de los responsables del atentado.
“No perdamos la dimensión de lo que ocurre aquí: lo que deben ver los colombianos y la comunidad internacional es que hay gente dispuesta a cometer este tipo de actos terroristas contra la población civil y el Estado tiene la responsabilidad de perseguir a esa gente”, afirmó al término de la visita que realizó en el sitio.
Tatucos contra militares
El comandante de la Fuerza de Tarea Apolo del Ejército, general Wilson Cabra, dijo que aparentemente los tatucos fueron lanzados desde el sector de Monterredondo, a aproximadamente kilómetro y medio de la vivienda afectada. Los subversivos habrían tenido como objetivo un puesto de control del Ejército en la zona de Las Cruces, a cerca de 400 metros de la casa.
"Escuchamos las dos explosiones y sacamos las unidades para ver qué fue lo que pasó porque creíamos que había sido un campo minado. Minutos después se ubicó la vivienda afectada, en la cual encontraron a la pequeña muerta y a sus familiares heridos”, relató el oficial.