La Cooperativa que agrupa personas con discapacidad visual está a punto de perder su sede por una deuda bancaria que ya completa 6 meses de retraso. Los afiliados afirman que por la pandemia debieron suspender las actividades de trabajo asociado que venían realizando con normalidad.
Carolina Argüello Cruz
Los 12 miembros de la cooperativa Coopdivi que congrega a personas con discapacidad visual emprendieron una campaña para salvar la sede ubicada en el barrio Los Mártires de Neiva.
La vivienda se encuentra hipotecada, mensualmente venían realizando los pagos de las cuotas de la deuda gracias a los diferentes proyectos productivos que comprende a la cooperativa.
Sin embargo, a ellos, también los afectó la pandemia. No solo con la falta de recursos para la alimentación, sino que la crisis provocó el retraso del pago bancario. Es así, como cumplieron 6 meses y cobro jurídico ya no da más espera.
Ellos de diferentes maneras, contribuyen al mejoramiento de la vivienda y al saneamiento de la deuda que al tiempo que crece, aumenta la incertidumbre, la nostalgia y la lucha por no resignarse. De tal manera que han expresado su necesidad para despertar en los neivanos y huilenses la solidaridad buscando el apoyo de todos para salir adelante.
Despulpadora
Desde hace tres años, con anhelo y emoción recibieron por parte de la Gobernación del Huila y la Alcaldía de Neiva, unos recursos importantes con los que emprendieron el proyecto empresarial de una despulpadora de frutas que prometía ser un negocio próspero. De hecho, ya se comenzaba abrir camino en plataformas comerciales de la región y empezaba a ganarse el reconocimiento de la clientela. Todo venía funcionando bien, hasta que llegó el coronavirus.
La microempresa que tiene dos refrigeradores, aire acondicionado, mesones de aluminio y moderna máquina despulpadora y selladora; contaba con el apoyo de decenas de personas que adquirían el producto de excelente calidad.
Esto contribuía ampliamente al pago de la hipoteca que mensualmente genera egresos aproximados a $1.300.000 y que acompañado de los servicios suma un total de $2.000.000.
Segundo Arcesio Urbano Cerón, representante legal de la Cooperativa, indicó que con la llegada de la pandemia y con ella el aislamiento obligatorio tuvieron que repartir la materia prima para que las demás personas vinculadas a la cooperativa pudieran abastecerse de alimentos mientras duraba la cuarentena. Sin embargo, los recursos se agotaron y ahora deben volver a empezar teniendo en cuenta que no será nada fácil.
“Nosotros nos dedicamos a apoyar a las personas con discapacidad en la parte productiva, por lo que tenemos la despulpadora de frutas totalmente dotada. Cuando empezó la pandemia tuvimos que parar porque los pocos recursos que había los utilizamos para comprar nuestros alimentos. Nosotros contábamos con poca materia prima y por eso trabajábamos con las uñas”.
Puestos solidarios
Se trata de dos carros ambulantes que se ubican en la entrada de las sedes de la Universidad Cooperativa ubicadas en la calle 11 y que además de aportar a la Cooperativa, genera dos empleos para afiliados que obtienen un ingreso diario de $30.000.
“Le solicitamos al Alcalde de Neiva que nos apoye con algunas de las casetas ubicadas en el microcentro de la ciudad para que personas con discapacidad pudieran ocuparlas, pero no ha sido posible. Es importante decir que nosotros capacitamos a las personas para que aprendan a reconocer el dinero y hagan un buen servicio al cliente. Si el puesto, por ejemplo, es mío, yo contrato a una persona y de acuerdo a las ganancias hago el aporte a la Cooperativa”, añadió Urbano Cerón.
Artesanías
Otro de los proyectos productivos es la elaboración y comercialización de artesanías. Los invidentes son invitados a las diferentes ferias que realiza la Gobernación del Huila o las Alcaldías en los municipios para que muestren su arte plasmado en llaveros, lapiceros de bambú, incensarios y pulseras.
“Algunos los elaboramos nosotros y otros los compramos y lacramos para su respectiva comercialización”, puntualizó.
Adicionalmente, la Cooperativa oferta en su sede el arrendamiento de 4 habitaciones que generan mensualmente algunos ingresos para su sostenimiento, pero teniendo en cuenta la falta de recursos de los inquilinos durante el confinamiento no han realizado los pagos correspondientes desde el mes de marzo.
Quienes deseen ayudar a esta gran familia de invidentes lo pueden hacer a través de aportes a la cuenta de ahorros de Bancolombia número 03115484830 o en la calle 12 con carrera Primera, esquina del barrio Los Mártires.