La Nación
EDITORIAL

Carlos Gaviria, un símbolo

A la edad de 77 años falleció en Bogotá el maestro Carlos Gaviria Díaz, una de las más destacadas figuras de la izquierda democrática del país. Una afección respiratoria le apagó su brillante vida.

Gaviria Díaz, uno de los intelectuales más respetados y uno de los juristas más laureados del país, falleció al lado de su familia, en la Fundación Santa Fe donde recibía atención médica. El país, siente su partida.

Gaviria Díaz, especializado en la Universidad de Harvard en jurisprudencia y teoría política, comenzó su carrera en 1961 como Juez Promiscuo de Rionegro, profesor durante treinta años, decano y vicerrector de la Universidad de Antioquia. Fue uno de los primeros magistrados de la Corte Constitucional, donde llegó a ejercer la presidencia y donde dejó una rica jurisprudencia en favor de los desvalidos.

Al terminar su periodo, ingresó a la política. También se destacó como senador, donde fue uno de los grandes abanderados del control político.

Como presidente del Polo Democrático, uno de sus fundadores, mostró su talante de convencido demócrata, su coherencia política, sus firmes convicciones filosóficas, pero ante todo su rectitud y su decencia.

Renunció para aspirar a la Presidencia logrando una de las votaciones más altas de la izquierda.

Gaviria fue un convencido activista de derechos humanos al lado de Héctor Abad Gómez quien fue asesinado en 1987 por la extrema derecha. Gaviria abandonó el país y se asiló en Argentina.

Colombia pierde a un gran maestro como lo llamaban sus alumnos, un académico notable, pero ante todo a un defensor sin par de las libertades públicas. Su legado intelectual y jurisprudencial trascendió fronteras. Los pilares esenciales del Estado Social de Derecho iluminaron sus fallos. Gaviria, sobresalió por el alcance social de sus fallos, matizados por la justicia, la pluralidad, la participación ciudadana, la ética y el decoro. Sentó cátedra y dejó plasmada una doctrina de avanzada. Gaviria inspiraba respeto en todos los escenarios.

Gaviria es el símbolo de esa Corte Constitucional ejemplar que debe rescatarse en medio de la actual crisis que puso a tambalear toda la trayectoria.
Su paso por la Corte Constitucional le permitió trazar al lado de los demás magistrados una línea de avanzada que la ubicó entre las más prestigiosas del mundo.

 
“Colombia pierde a un gran maestro como lo llamaban sus alumnos, un académico notable, pero ante todo a un defensor sin par de las libertades públicas”.

 
EDITORIALITO
Increíble que los despachos públicos, estén en total receso. Cerrada la Gobernación y las alcaldías. Los empleados, arbitrariamente se declararon en asueto y se ausentaron. Los contribuyentes, consentidos en cualquier otro país, llevaron la peor parte.