Por: Alexander Molina Guzmán
La pandemia del Covid-19 ha sido el golpe final que recibieron muchos sectores económicos que venían siendo afectados antes de esa enfermedad por los tratados de libre comercio, como el que tenemos con Estados Unidos, que fueron el acelerador para que el sector agrícola, por ejemplo, sufriera regresión en materia comercial. Esos tratados empujan a mejorar producción con calidad para poder competir, pero siempre será una desventaja cuando Estados Unidos subsidia fuertemente su sector agrícola, mientras que Colombia le abre es las piernas al nuestro para que ese pez grande se “coma” al chico. Aquí es donde se puede afirmar que las políticas de gobierno son las que más pueden arruinar un sector.
El arroz puede ser un buen ejemplo de eso. En el Huila los pequeños productores están sufriendo no sólo por los efectos de los tratados comerciales, sino también por la sobre oferta que pueda haber en otras regiones, la caída del consumo y esto conlleva a un aumento de inventario en los molinos. Ante estas condiciones llega el momento en que los molinos paran de recibir producción, pues no están obligados a comprar y de manera selectiva señalan a quien compra y a quien no.
De aquí a que Colombia se atreva a revisar el tratado de libre comercio, debería desarrollarse una política pública real en el Huila para fortalecer el sector arrocero de asociación de pequeños productores; que no sólo implique la entrega de kits de maquinaria, nivelación de suelos, manejo de malezas, comercialización de agroquímicos, sino también de infraestructura que le permita instalar sus propias molineras; que implique convenios con las grandes plataformas instaladas en el Huila, tipo Éxito, para que ese producto hecho en el Huila, en toda su cadena de producción, sea colocado allí para su venta, como también sea comprado por instituciones públicas que lo requieran.
Los pequeños productores del Huila, sus asociaciones, deben unirse y convocar a la dirigencia del Huila para instalar una mesa de diálogo social que diseñe e implemente esa política pública integral para estos pequeños productores de arroz que le permita ser realmente autosuficientes en toda la cadena de producción y comercialización; que deje de ser dependiente de poderes dominantes que no están obligados a fortalecerlos (de eso se trata la dependencia). El que tiene que fortalecerlos es el estado.
Es hora que estas asociaciones se organicen para iniciar esa ruta con la dirigencia del Huila, para irse por el camino que es y esa clase dirigente demuestre el compromiso con este sector asociado de producción de arroz. Porque también deben prosperar los que realmente siembran, producen el arroz.
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