La Nación
COLUMNISTAS

Ejemplo de coherencia política

Maduro, ha sido objeto de innumerables críticas por parte de sus malquerientes, bastantes por cierto, por haber designado a Ernesto Samper, por su puesto en Unasur, como el representante de su gobierno, para “normalizar” las relaciones con el país del norte. Hoy defiendo, pese a mi malquerencia demostrada hacia el bárbaro venezolano, y debo reconocer, el momento de lucidez mental, al tomar esa decisión, de un gobierno que representa una dictadura apestosa, violador consumado de los derechos humanos en América Latina, declarado gobierno aliado y protector del narcotráfico y del terrorismo. En fin, todas las condiciones, especialmente estas últimas, que lo identifican con Samper, digno representante de la narcopolitica colombiana, aliado del gobierno de Santos, con un poder muy reconocido por propios y extraños, como el que quita y pone en el gobierno, con ministros, viceministros, presidente, congresistas, y en fin, todo del gobierno colombiano. Se ve a primera vista, la barbaridad política del burro de Venezuela, designando al empleado de Unasur, más que un organismo internacional, una guarida de los países de América Latina, amigos del socialismo del Siglo XXI, aliados del narcoterrorismo y la corrupcion rampante y vulgar, que incluye a Colombia, para vergüenza nuestra, lo que hace de los vínculos del gobierno de Santos con el narcotráfico y el terrorismo, ya sea directa e indirectamente, por su participación en la elección de Samper como secretario de Unasur, organismo que no reconoce EE.UU. Pese al atrevimiento y a la descortesía política de Maduro, más como un reto a lo que ellos llaman el imperio, ese aparente lapsus político fue la reiteración y la afirmación de sus convicciones en favor del narcotráfico y el terrorismo, y desde luego, encontró en Samper, a su mejor interprete y digno representante, quien manso y humilde de corazón aceptó las ordenes de su jefe Maduro. No conocía además esos atributos de la personalidad en Samper, casi que me enternece con el discurso de aceptación del encargo, abortado porque el gobierno americano recordó que no necesita intermediarios, y menos aún, tan versados en el narcotráfico, por sus antecedentes negros como los de Samper, en Colombia y con el gobierno del norte. Coherencia política del vecino dictador, defendido por los dictadores de izquierda de siempre, esos trasnochados que todavía siguen creyendo en el éxito del comunismo que Marx no vió, y que tienen dentro de sus utopías decir, que las dictaduras, como la vecina, son democracias. Además de las luchas normales de la vida, deben luchar adicionalmente por hacer del cinismo, su mejor aliad consumado.