Diversas publicaciones de la prensa nacional nos dan la razón a quienes pensamos que ha llegado la hora de reinventar el turismo del Huila. Se acaba de cumplir en Medellín la Asamblea de la Organización Mundial del Turismo en donde quedó demostrado que esta industria se convirtió en la segunda generadora de divisas para el país, incluso por encima del café, con un crecimiento de visitantes superior al 13% en el último cuatrimestre y con la perspectiva de crear 300.000 empleos de aquí al año 2018. Todo lo anterior como consecuencia de la devaluación del peso que incentiva la llegada de turistas extranjeros y las preferencias de los colombianos por nuestras bellezas naturales y culturales.
Esta nueva realidad no puede el Huila pasarla desapercibida. Sus fortalezas turísticas de nivel nacional y mundial están llamadas a convertirlo en un actor de primer orden, siempre y cuando exista una voluntad política de nuestros gobernantes y de su clase dirigente en general. Para aprovechar esta gran oportunidad, se requiere un cambio de mentalidad que permita valorar las grandes ganancias que esta actividad bien planeada, dirigida y organizada le puede dejar al Departamento. Este un reto y una responsabilidad de los nuevos gobernantes a partir del primero de enero próximo. Para empezar es indispensable diseñar nuevas estrategias y alcances de la Apuesta Turística de la Agenda Interna del Departamento y luego buscar su fortalecimiento institucional mediante la creación de una Secretaría departamental que se ocupe exclusivamente de fortalecer esta actividad. En una de mis columnas pasadas había señalado que el Huila había sido ignorado por el gobierno nacional en la definición de las estrategias y programas del llamado “Turismo para la Paz”. La revista Semana en su último número así lo confirma cuando especifica que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo invertirá millonarios recursos en destinos turísticos entre los cuales no figura ninguno del Huila. Esto significa que hay que empezar por hacer cambiar la mentalidad de desprecio que los funcionarios nacionales a cargo del turismo, tienen por los destinos del Huila, pues es increíble que la Cultura Agustiniana no figure entre esos lugares, tratándose de un patrimonio mundial.
Dios quiera que los gobernantes que elijamos el 25 de octubre, sean conscientes de esta nueva realidad del turismo.