La Nación
El “Zar” 1 28 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

El “Zar”

Su vertiginoso ascenso en 1999 y su habilidad para mantenerse, por 24 años, en el Kremlin hacen de Vladimir Putin un personaje interesantísimo para descifrar.

En términos generales, Putin es un líder que entiende la política interna en perspectiva histórica y la política exterior en prisma geopolítico. En ambas esferas del Estado, su liderazgo tiene altísimas dosis de sicología política que ha usado con maestría inusual.

En sus entrevistas resulta fácil percibir que se ha sumergido, por años, en la fascinante literatura y extraordinaria historia rusas. Es, en todo el sentido de la palabra, un estadista a la vieja usanza, pues, sabe que en el pretérito encuentra parte significativa del arte de gobernar y gusta, en extremo, de los períodos más brillantes de la historia rusa. Putin entiende y encarna perfectamente lo que es “ser ruso”. Un repaso a “Rereading Russian classics in the shadow of the Ukraine War” de Elif Batuman ayudaría bastante al lector a esclarecer lo anteriormente dicho.

De ahí que, en política exterior, su método predilecto a la hora de tomar decisiones sea la geopolítica. No de otra manera puede explicarse la obsesión que tiene por reestablecer territorios, que considera como vitales, para que Rusia pueda jugar su rol histórico sobre el tablero Eurasiático y, por ende, en el mundo entero. Para Putin, la relación “espacio-tiempo” es algo imprescindible en la toma de decisiones.

En efecto, una buena crónica que explica lúcidamente la manera en que Putin y Occidente se han relacionado, desde su llegada al Kremlin, es la que escribió Roger Cohen, para el New York Times, titulada “The Making of Vladimir Putin”.

Proveniente de la KGB, Putin se divierte manejando los hilos del poder y los nervios del gobierno como si de operaciones sicológicas se tratara. En esto, sabe que el terror es una fuente “válida” para ejercer un liderazgo indiscutible.

Por ello, con ocasión de la muerte de Yevgeny Prigozhin, The Guardian publicó un buen artículo titulado “Twenty years of ruthlessness: how Russia has silenced Putin’s opponents” en el que se hace un detallado recuento de la manera implacable en que los enemigos de Putin han muerto. Si bien incluye el caso de Alexei Navalny, esta publicación no alcanzó a cubrir la reciente muerte de este opositor.

Las tácticas del “Zar” (como lo llaman algunos) son extraídas de la historia rusa, lo que podría explicar, en parte, que comparta con Catalina II (la Grande) y Stalin un factor común: cual es el de gobernar a Rusia por un tiempo prolongado. En 2030, si no sucede nada extraordinario, Putin acumulará 30 años como amo y señor del Kremlin, para ese momento contará con 77 años.