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‘Guido’, el niño robado por la dictadura 1 28 abril, 2024
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‘Guido’, el niño robado por la dictadura

‘Guido’, el niño robado por la dictadura 7 28 abril, 2024
El painista Guido Montoya con su abuela materna Estela Barnes de Carlotto.
El músico Ignacio Hurban, quien vivió durante tres décadas sin conocer su verdadero origen se convirtió en Guido Montoya Carlotto, otro de los 500 niños robados por militares durante la dictadura argentina después del golpe de estado en 1976.

Guido, el niño arrancado de brazos de su madre cinco horas después de nacer en un centro clandestino de la dictadura militar, se encontró ayer con sus familiares, entre ellos a su desconocida abuela a quien admiraba sin conocer el parentesco.

Sorprendió su parecido con Estela de Carlotto, la aguerrida activista que lo buscó durante 36 años. Ella sabía de su existencia y nunca perdió la esperanza. Un raro presentimiento motivo al joven pianista a practicarse un examen genético que finalmente confirmó el parentesco.

Estela Barnes de Carlotto, madre de cuatro hijos, era maestra de escuela primaria y ama de casa cuando capturaron a su hija Laura, y a su novio Óscar Montoya que ella no conocía. Los dos militaban en la organización peronista Montoneros.

Carlotto tampoco sabía que Laura estaba embarazada cuando la secuestraron los militares. Y menos que ya había escogido el nombre de Guido para su bebé, en homenaje a su padre, de origen italiano. Ese nombre, mencionado por sobrevivientes que estuvieron detenidas con Laura fue la primera pista y el único indicio para emprender la búsqueda. Por eso fue buscado como Guido Carlotto por que desconocían el nombre de su padre, también asesinado en cautiverio.

Arrebatado

Guido nació en cautiverio en el centro clandestino ‘La Cacha’, cercano a La Plata. Los captores de sus padres entregaron al pequeño a campesinos para que lo cuidaran.

‘Pacho’, como le decían inicialmente sus padres adoptivos, fue criado por Juana y Clemente Hurban, empleados de una finca de propiedad de Francisco Aguilar, quien tenía “fluidos contactos con los militares”.

Los Hurban lo llamaron Ignacio, y así lo inscribieron, en junio de 1978, en el Registro Civil. Por eso sus abuelas no lo encontraban. Ayer, después de 36 años se encontraron.

Encuentro

El músico conoció también a sus 13 primos maternos y dos paternos en otro encuentro íntimo, donde degustaron la tradicional parrilla argentina, reveló Claudia Carlotto, tía de Guido y presidenta de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi).

También espera conocer a su abuela paterna, Hortensia Ardura, quien viaja desde Caleta Olivia.

Las abuelas Carlotto y Ardua -ambas maestras jubiladas- compartieron, sin saberlo, una misma tragedia y guardaron sin decaer, una misma esperanza. Sus hijos, Laura Carlotto y Oscar Montoya, mantenían como en la política un amor clandestino. Los dos fueron asesinados.

Vena artística

Guido toca el piano con virtuosismo, como su abuelo paterno. Es un querido maestro de música y entre sus composiciones figura el tema "Para la Memoria" que tocó, sin saberlo, en un acto organizado por su abuela.

Ahora, con las nuevas piezas de su biografía, sus familiares resaltaron el hecho que su abuelo paterno, un español que echó raíces en la Patagonia para trabajar en la petrolera YPF, era un músico amateur que legó esa pasión en Walmis Oscar, el padre de Guido de quien heredó esa chispa.

"Llevaba, como mi hermano, la música en las venas: tocaba el saxo en la banda del yacimiento", recordó Jorge Montoya, tío de Guido. "Sabemos que es músico, como sus primos", dijo.

Sin saber que sería protagonista de una historia macabra con final feliz, Ignacio Hurban promocionó varias de sus composiciones y presentaciones en los sitios de You Tube y Twitter.

Dicen que toca el piano con virtuosismo, es un querido maestro de música y entre sus composiciones figura "Para la Memoria" tema que tocó en un acto de la organización que preside su abuela, Ciclo de Música para la Memoria.

"Yo, que vengo del campo y me crié medio solo, es un poco fuerte ver tanta familia", dijo Guido Montoya al encontrarse con su verdadera familia.

"Por fin tengo a los nietos juntos", afirmó su abuela Carlotto quien guardó una silla para su décimo cuarto nieto, que apareció 36 años después de haber sido arrebatado a su madre prisionera, a quien fusilaron sin piedad junto a Oscar Montoya. (Con información de AFP)

La otra abuela

"No soñaba poder conocerlo. Son historias tan amargas, tan largas, que uno no sabe cuándo va a poder conocerlos. Uno no sabe si va a poder conocerlos, si va a poder verlos, es toda una historia muy larga y muy triste. Y hoy se colmó de alegría con su aparición", expresó la abuela paterna, Hortensia Ardura.

"El papá de Guido se llamaba Walmir Oscar Montoya. Era mi primer hijo. Que los militares de porquería lo persiguieron hasta que lo hicieron desaparecer de mi vida. Es una historia muy larga, muy triste, que no quiero recordar. Quiero recordar solamente lo bueno".

"Empezó su militancia cuando salió del servicio militar. Ahí empezó toda su historia. La conoció a Laura cuando él estaba militando en Buenos Aires. Luego teníamos contacto, pero había peligro… Hablábamos dos minutos y cortábamos. No podíamos hablar mucho porque estábamos todos perseguidos".