Los horrores y devastación que están padeciendo los palestinos a consecuencia del genocidio causado por el gobierno fachista israelí, presenta similitud con la gran hambruna de Irlanda ocurrida durante el lustro 1845 -1850; en dicho momento para Inglaterra la mayor potencia de la época, Irlanda era una despreciable colonia, entre los vejámenes se les impuso que la base de su alimentación era la papa pues el ganado, aves, trigo y otros cereales producidos en Irlanda debería ser exportado a Inglaterra o entregados a colonizadores ingleses que habitaban en Irlanda, entonces cuando apareció una plaga que destruyó los cultivos de papa en 90% los irlandeses se quedaron sin comida, pues los ingleses se negaron a suministrarles sustitutos y dichos productos continuaron exportándose a Inglaterra, peor aún prohibieron ayudas humanitarias de terceros países, además enviaron tropas para reprimir protestas irlandesas, todo por el odio religioso (Irlanda Católica, Inglaterra Protestante); se estima que murieron por hambre un millón y medio de irlandeses y otro millón en los naufragios y por falta de alimentos de quienes huyeron en embarcaciones rústicas de comerciantes inescrupulosos, pues el desespero obligó a emigrar en condiciones miserables.
En cuanto a Gaza, desde hace dos meses la ONU advirtió que podrían morir por hambre dos millones de palestinos si continuaban los ataques israelíes; cuando estamos a seis meses de la invasión el daño está causado dada la devastación del 80% de las construcciones, incluyendo infraestructura educativa, hospitalaria y sanitaria; la hambruna es inminente por la creciente desnutrición (de los 2.5 millones de habitantes la mayor parte solo dispone de una o dos comidas) además el gobierno judío ha obstaculizado la ayuda extranjera, recordemos el ataque contra hambrientos gazatíes cuando estaban haciendo fila para recibir algunos alimentos con saldo de más de 100 muertos, tampoco existe la posibilidad de emigrar a otros países (caso diferente al de Ucrania donde se enfrentan dos ejércitos). Dada la magnitud de la tragedia podemos afirmar que indigna tanto la barbarie judía como la tolerancia de casi todos los países, algunos han protestado y denunciado la barbarie dentro de sus posibilidades y que decir de Estados Unidos el mayor cómplice y suministrador de armamento que se ha opuesto a que Israel suspenda el genocidio, pero en forma cínica va a “colaborar” para suministrar ayuda humanitaria cuando el mayor daño está causado.
Al margen del polémico gobierno petrista debemos reconocer al Presidente (toda barbarie es repudiable), que ha sido de los pocos mandatarios que han adoptado un posición enérgica coadyuvando denuncias internacionales y suspendiendo el comercio de material bélico con Israel sin desconocer que se equivocó al no condenar oportunamente el acto terrorista de Hamás; de otra parte es digna de encomio la entereza del connotado investigador y escritor Salomón Kalmanovitz,, quien tiene origen judío pero ha repudiado la barbarie de Israel, desde las columnas de El Espectador. Asunto distinto, pero algo propio del sector uribista ocurrió en la marcha de oposición a Petro en que el apoyo a Israel por la invasión en Gaza fue evidente.