Piter Bonilla Díaz
Empiezo por lo último. No está bien juzgar a priori a los elegidos cuando ni siquiera han recibido la credencial y menos empezada su actividad. Sobre todo a los entrantes mandatarios. Lo más aconsejable es dejarlos actuar. Como tampoco calificar su gestión a los primeros cien días, como es la costumbre. Seis meses puede ser un tiempo más consecuente para que los ejecutivos empiecen a mostrar la proyección de su gobierno.
Entrando a analizar la reacción que hacen los cabalistas electorales, se observa que han tomado como referente únicamente al expresidente Álvaro Uribe Vélez. Sus malquerientes que lo quieren ver en los infiernos, no se lo pueden quitar de la cabeza. Es como cuando se detesta a alguien, pero no se hace más que pensar en él.
Acerca del precipitado pronunciamiento que hizo el exmandatario muy temprano al día siguiente de los comicios, se entiende como la frustración que tuvo con la votación de Antioquia y Medellín en particular, que fue la que lo devastó. Caso similar le sucedió al senador Gustavo Petro Urrego con los sufragios del Atlántico, donde su hijo Nicolás aspiraba a la gobernación y Hollman Morris, éste hijo político suyo, a la Alcaldía de Bogotá. Petro también casi al mismo tiempo reconoció su derrota total. Que no se puede considerar le ocurrió al Centro Democrático, que perdió si, las elecciones en las principales capitales, pero no las alcaldías porque no las tiene, como aconteció también con las gobernaciones.
¿Se puede considerar como debacle que esta colectividad haya pasado de dos gobernaciones a seis, y de cincuenta y seis alcaldías a ciento noventa y una? Aparte de eso los nuevos mandatarios de Sucre y Valledupar, salieron en coalición con el Uribismo. Y no mencionan para nada al Centro Democrático.
Este es otro aspecto. La mayoría de los elegidos, por no decir que todos, ganaron con el apoyo multigrupista. Luego no se sabe qué partido los eligió. No pasa con el Uribismo que fue el que menos alianzas hizo.
Siguiendo con los resultados, en el Huila el CD tiene una alcaldía, la de San José de Isnos, que la perdió, y obtuvo directamente las de Garzón, Villavieja, Timaná y Oporapa. Colombia, Algeciras y La Argentina en alianza. Conservó el diputado y obtuvo un concejal en Neiva, que no tiene. ¿Eso es derrota?
Entonces, repito, hay que dejar actuar a los elegidos.