La Nación
Incoherencia ciudadana 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Incoherencia ciudadana

Norberto Antonio Castaño Buitrago

Al revisar la historia de la humanidad, encontramos que ante los comportamientos inadecuados de las personas ha habido la necesidad de crear o establecer códigos o normas de convivencia, algunos de las cuales fijan  sanciones o castigos para quienes no las cumplen. Empecemos por los Diez Mandamientos de la Ley de Dios: Amarás a Dios sobre todas las cosas, No tomarás el nombre de Dios en vano, Santificarás las fiestas, Honrarás a tu padre y a tu madre, No matarás, No cometerás actos impuros, No robarás, No dirás falso testimonio ni mentirás, No consentirás pensamientos ni deseos impuros y No codiciarás los bienes ajenos. Tristemente, se trata de un decálogo que, para muchos, se quedó en letra muerta.

Hoy es controversia en Colombia el Código de Policía o el llamado Código Nacional de Policía y Convivencia para vivir en paz, definido como la primera herramienta con la que cuentan todos los habitantes del territorio y las autoridades para resolver los conflictos que afectan la convivencia, y con la cual se puede evitar que las conductas y sus consecuencias trasciendan a un problema de carácter judicial e inclusive penal. El conocimiento y aplicación de esta normativa permitirá generar las condiciones de seguridad y tranquilidad que son tan anheladas por todos los colombianos.

Así como los Diez Mandamientos de la Ley de Dios, el Código de Policía lo único que pretende es que las personas respeten los derechos de los demás y que cada persona cumpla con sus deberes y obligaciones. Pero no somos coherentes: reclamamos el derecho a la libre movilidad, pero rechazamos los operativos que realizan las autoridades para recuperar ese espacio invadido por las ventas ambulantes, nos quejamos de la alta accidentalidad protagonizada por personas que ejercen el moto-taxismo, pero utilizamos ese medio de transporte informal o ilegal, nos quejamos del incremento de los hurtos, pero muchas veces -con el argumento que nos las están vendiendo “barato”- compramos cosas de dudosa procedencia, nos quejamos de la movilidad en la ciudad, pero estacionamos nuestro carro o nuestra moto en la vía pública.

El ser buen ciudadano implica cumplir con las normas vigentes, sean estas de tránsito, penales, urbanísticas, de salud, etcétera. No se requiere de nuevos códigos, lo que se necesita es que cada uno de nosotros aplique la frase: “si yo cambio, cambia el mundo”.

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