La mujer se percató de la ausencia de su tarjeta tres horas después, cuando empezó a recibir mensajes de texto a su celular, donde le notificaba que habían sido realizadas varias compras en dichos almacenes. De inmediato se desplazó hasta el banco para hacer la cancelación de su tarjeta, en medio del desconcierto de no saber cómo había sido hurtada.
Luego se trasladó hasta Totto, uno de los almacenes donde habían realizado una de las compras. Allá la mujer habló con la administradora y le contó la historia del robo de su tarjeta; luego arribaron a la tienda de ropa infantil Polito, donde ésta le referenció a la empleada que había hecho la compra. Avergonzada, la trabajadora del establecimiento le indicó que la tarjeta era de una prima suya, mientras fingía hacer una llamada a dicha familiar.
Una testigo que presenció los hechos, manifestó que hasta el sitio acudió la Policía Metropolitana para investigar y esclarecer lo sucedido, mientras un escándalo se realizaba a las afueras del local.
Después, la víctima corrió hacia Frisby, donde también habían realizado algunos pagos con su tarjeta. En el restaurante, reclamó ante el hecho del porqué no habían solicitado su cédula y habían aceptado una firma que no era de ella. Sin embargo, allí le manifestaron que la empleada que había hecho la cancelación del dinero señaló que la dueña de la tarjeta no podía pagar, por lo que fue aceptada la transacción.
Mientras tanto, en el almacén Polito, la administradora trataba de enmendar el error manifestando que el dinero sería devuelto.
Posteriormente, desde el interior del local fue sacada la mercancía que la empleada obtuvo en el almacén Totto, una compra de aproximadamente 600.000 pesos, la cual fue entregada a la dueña de la tarjeta.
La Policía capturó a la empleada que firmó los voucher -de nombre Rocío- y a las demás funcionarias del almacén Polito, además llevó hasta la URI de la Fiscalía a las mujeres de Totto y Frisby para que respondieran sobre lo ocurrido.
Por su parte, la víctima desconoce cómo hurtaron su tarjeta. “Yo no sé qué pasó con mi tarjeta, no sé si me la sacaron o la boté o me la robaron… el hecho es que cayó en manos de esas mujeres y me hicieron compras. Una de ellas me dijo en la URI que la administradora de Polito se había encontrado la tarjeta, había llegado al negocio y había dicho: ‘niñas, pueden hacer compras’. Por esto, fueron a Frisby, almorzaron todas por 80.000 pesos; luego compraron maletines en Totto, casi 600.000 pesos”, relató la mujer.
La Fiscalía investiga cómo la tarjeta terminó en manos de estas empleadas de dicho negocio y quién finalmente es ‘cerebro’ de lo ocurrido.