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La misoginia de las empresas colombianas. Por Cecilia López Montaño

Recientemente La República, publicó una revista titulada las 5.000 empresas, los reyes del empleo.

Recientemente La República, publicó una revista titulada las 5.000 empresas, los reyes del empleo. Se concentran en los grupos más importantes del país y muestran claramente quienes componen sus juntas directivas pero además señalan cuáles han sido grandes generadoras de trabajo. Empieza por el grupo Éxito cuya Junta Directiva está conformada por seis distinguidos miembros, cinco hombre y una mujer, la exministra de Minas y Energía, Luisa Fernanda Lafaurie. Tienen 30.301 empleados y genera 35.639 empleos indirectos. Le sigue el Grupo Sura conglomerado dirigido por 7 miembros, notables señores y ninguna mujer, que con la compra de ING adicionó a su larga nómina, 6.815 puestos de trabajo.

La lista continúa y le sigue nada menos que el grupo Aval, dueño de muchas empresas cuyo cuerpo directivo consta de 8 miembros, porque los demás que aparecen en la foto son funcionarios del grupo. El total de empleados es de 61.036 y adivinen, no hay una sola mujer entre todos sus directivos. Pero esto no sucede solo en el sector privado. Lo que pasa en Ecopetrol es increíble: su muy apetecida junta directiva compuesta por nueve miembros, tampoco tienen una sola mujer cuando el país ha tenido varias ministras en este campo. La empresa tiene 39.360 empleados. Las de naturaleza familiar como Carvajal, tampoco es que se salven mucho: su junta de nueve miembros solo tienen una mujer, de la familia y tiene 27.004 colaboradores.

Nuestro querido Bancolombia, que le está poniendo el alma a su operación, solo lo hace con el alma de los hombres porque en su junta directiva no se encuentra una mujer ni para un remedio. ¿Será que el alma de las mujeres ni suma ni resta? Siete son sus prestantes miembros entre los cuales hay hasta un académico, Alejandro Gaviria. Oh sorpresa, Cementos Argos de siete miembros tiene dos mujeres, la ex ministra de ambiente Cecilia Rodríguez y la gerente de Amalfi S.A., Claudia Betancourt. Pero esa es la excepción y no la regla porque el grupo Bavaria, tampoco tienen una sola mujer en su junta directiva y sí tres ex ministros hombres, de hacienda, Comercio y Ambiente. Muy bien escogidos. En la misma línea está Terpel,  todos los siete miembros de su Consejo son hombres, muy respetables pero ni una sola mujer. Eso sí genera mucho empleo e invertirá US$69 millones para mejorar las estaciones de servicio.

Esta muestra muy representativa del sector empresarial colombiano, público y privado, comprueba la misoginia del empresariado, definida en su forma más simple como “aversión o rechazo a las mujeres”. Incomprensible posición cuando Colombia es uno de los países donde las mujeres han logrado en el sector productivo grandes avances, mucho antes que otros de la Región. ¿Por qué sí sirven los ex ministros hombres y no las ex ministras mujeres? Muchas de ellas lo han hecho mejor que muchos hombres.

Ahora bien, si se hiciera el ejercicio al revés, seguramente todos los puestos intermedios de confianza los tienen las mujeres como sucede con mucha frecuencia en el sector financiero. Eso se llama un ejemplo claro de la más pura misoginia. Y faltan datos de otros municipios como las universidades, y sobre todo los partidos políticos. Y así se quiere afirmar que nuestro país es igualitario.