La Nación
La seguridad entre todos 1 28 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La seguridad entre todos

Alexander Molina Guzmán

 La seguridad y la convivencia se convirtió en una de las necesidades más requeridas por todos los ciudadanos sin ninguna distinción. Y si somos conscientes que es una “necesidad de todos”, pues lo lógicos es que todos contribuyamos a que se genere esa seguridad, esa convivencia. Por eso sigo creyendo que esto es “50 y 50”; es decir, no sólo la pregunta es ¿qué hace el Estado por mí? (por ejemplo la Alcaldía de Neiva y los organismos de seguridad), sino que también la pregunta es ¿qué hago como ciudadano por la seguridad y la convivencia? No sigamos pensando que el problema es sólo policivo (qué hace la policía) o del gobierno (qué hace el alcalde o el gobernador), pues muchos problemas los generamos los ciudadanos de cualquier estrato; por lo tanto, el problema también es ciudadano.

Por ejemplo, cuando el dueño de un negocio de venta de licor deja entrar menores de edad a su negocio, y hasta permite que allí se expenda también sustancias psicoactivas, la preguntas es ¿este empresario le está apostando a la seguridad y convivencia? Obviamente no. Y también uno se pregunta ¿qué hace la familia para tener el control sobre los menores? O cuando un ciudadano no respeta las normas de tránsito y conduce hasta ebrio, otra vez la pregunta es ¿ese ciudadano le está apostando a la seguridad y convivencia? Obviamente no.

Y claro que hay que exigirle a las autoridades competentes que todos los días cumplan con sus funciones; que la policía atienda los llamados de la ciudadanía, que coja a los bandidos y los lleve ante la justicia; que la justica castigue como debe ser y no se preste para devolverlos a la calle; que se acaben también focos de criminalidad y violencia, como las populares “ollas”. Sí. Los organismos de seguridad tienen muy buena información, aportada incluso por los ciudadanos, de cómo funcionan esas “ollas” y dónde están ¿Por qué no intervienen todos esos sitios?

Pero así como debemos exigirle a la institucionalidad que cumpla con sus funciones para generar seguridad y convivencia, también tenemos el deber como ciudadanos de contribuir con el tema. Significa que hay que apostarle a la seguridad preventiva. Y esto no es otra cosa que saber detectar las amenazas de los delincuentes, no dar “papaya” y evitar posibles hurtos, por ejemplo. También se trata de cambiar de estilo de vida, cambiar de comportamientos y respetar las normas de seguridad y convivencia, como el actual Código Nacional de Policía y Convivencia. Si la seguridad fuera una pirinola lo correcto sería que “todos pusiéramos”.