Una avalancha de reacciones ha provocado la reforma a la salud, que pasó y contó con un amplio respaldo en la Cámara y ahora continuará un ‘empinado camino’ en el Senado de la República. Esto piensan los congresistas y expertos.
Aunque en su proceso por convertirse en ley, el proyecto de reforma a la salud no ha tenido un ‘camino lleno de rosas’ y, por el contrario, ha estado fuertemente cuestionado por unos y destacado por otros, sí logró superar el segundo debate en la Cámara con 87 votos por el SI y 37 votos por el NO.
Una de las primeras en pronunciarse sobre el tema fue la representante a la Cámara por el Huila, Flora Perdomo quien apoya el cambio que propone la iniciativa del Gobierno, la liberal explicó por qué. Dijo que “el actual sistema limita el acceso a la población” y se hace “necesario regular el manejo de los millonarios recursos que se destinan”. Aseguró que “la idea es reducir los índices de mortalidad, privilegiar la vida y alcanzar una atención oportuna y de calidad. Ahora queda en manos del Senado discutir esta propuesta que es fundamental para la salud de todos los colombianos”.
También la representante Leyla Marleny Rincón y quien hace parte de la bancada del Gobierno sostuvo que trabajan “arduamente para lograr una reforma integral que beneficie a todos los colombianos”, y reiteró que “la salud no es un negocio, es un derecho”.
Pero el representante Julio César Triana considera todo lo contrario y recordó que desde el principio Cambio Radical ha presentado una serie de objeciones porque “pone en riesgo todos los avances logrados en los últimos 30 años”, además “se discutió sin el soporte financiero de cuánto le va a costar al país la implementación de la misma”, y es un convencido de que “están jugando con el aseguramiento de todos los colombianos como con la libre elección”. Desde su colectividad piden un trámite concertado y esperan que, si el Senado le da el visto bueno, sea la Corte Constitucional la que tumbe la propuesta por el “cúmulo de vicios” que ha tenido.
Desde una óptica de exministro de Salud en el gobierno de Juan Manuel Santos, Alejandro Gaviria expresó ayer que, lo que “sí sabemos todos es que si la reforma pasa, los recursos que hoy se utilizan para pagar por tratamientos y medicamentos, se van a gastar en burocracia regional. Ya pasó en México”. Aseveró que el sistema estaría puesto “al servicio de una idea política, de fidelizar apoyos para mantener el poder”.
Los expresidentes
De la discusión ha hecho parte incluso el expresidente Iván Duque, férreo opositor al gobierno actual para quien “el Senado tiene la responsabilidad histórica de salvar el sistema de salud de Colombia que hoy está amenazado por el populismo, la demagogia y el odio a la participación mixta entre el sector público y el sector privado”. Estima el exmandatario que “tanto en el Senado como en las Cortes se defenderá el derecho a una salud digna y de calidad”, y argumentó que el sistema “ya mostró sus fortalezas en el COVID-19”.
De igual manera el expresidente Álvaro Uribe, promotor del actual sistema, se opone a estos cambios propuestos por el gobierno de Gustavo Petro asegurando que “el gran avance social de Colombia ha sido la salud: el más rico y el más pobre atendidos de modo igual en el mejor hospital. La política destruye este avance. Ojalá se hagan todos los esfuerzos pedagógicos y de debate contra esta reforma”, dijo.
Mientras que el presidente Petro considera que la Cámara “hizo un profundo largo y fructífero debate sobre la reforma”, y felicitó a sus integrantes por aprobarla. “Volver a garantizar derechos universales es el verdadero camino hacia la paz”, anunció.
Y en esa misma línea el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo dijo que seguirá en “la búsqueda de un modelo que reconozca la salud como un derecho y no como un negocio”. Resaltó que con la reforma “se protegen los recursos del sistema”.
El proyecto ahora será debatido en el Senado.