Por: Rodolfo Valderrama D.
Desde hace treinta años cuando se introdujo la política sobre privatización y reducción del Estado, los gobiernos han venido aplicando reiteradamente la estrategia de incentivos al empresariado y apoyo al emprendimiento supuestamente para incrementar el empleo formal y “contrarrestar” el desempleo tecnológico y el ocasionado por la reducción de costos para enfrentar la competitividad empresarial. Muchas han sido las disposiciones sobre el particular, entre ellas la Reforma laboral de Gaviria en 1990, la de Uribe de 2002, Economía solidaria de Samper, Estímulos tributarios a microempresas de Pastrana, Ley del primer empleo de Santos y las recientes sobre empleo juvenil, medidas que se repiten con diferente modalidad pese a su ineficacia frente a la reducción del empleo formal y la alarmante informalidad; como se trata de engaños masivos de la política de empleo, debemos recordar el caso del ofrecimiento de 120 mil cargos oficiales durante la administración Uribe, se inscribieron cerca de un millón de ingenuos aspirantes y solamente otorgaron unos cinco mil puestos.
La reciente “Ley de crecimiento económico”, ostentosa y engañosa, supone que por los incentivos al empresariado y a emprendedores y por dedicar el 10% de los nuevos cargos oficiales a jóvenes sin experiencia, el desempleo juvenil (Entre 18 y 28 años), que según el DANE es de 18%, se reducirá drásticamente. Teniendo en cuenta que la fuerza de trabajo juvenil está alrededor de 8 millones, de los cuales solamente 30% tienen un trabajo formal y el resto está desempleado o en labores del rebusque, es decir más de 5 millones padecen el flagelo laboral, entonces dada la magnitud real del problema, el impacto de dicha ley en cuanto a incrementos de empleo juvenil, si los hubiere será mínimo, asunto que no reconocerá el gobierno, porque lo que no ocurre en la realidad lo realiza la publicidad, es decir engañan y seguirán engañando.
Indudablemente en la mayoría de países el empleo formal tiende a reducirse por el avance tecnológico, como se demostró en reciente Foro en España, pero el desempleo también está relacionado con la concentración de ingresos y la participación estatal, en países nórdicos con participación del empleo oficial del orden del 30% y desigualdad no crónica, el nivel real del desempleo es bajo. En Colombia la participación del empleo oficial se ha reducido al 6% y la inequidad es altísima, entonces la cifra real del desempleo es muy elevada pero los gobiernos siempre la han ocultado. Dado lo limitado de este escrito, próximamente me propongo tratar un complemento que sirva de contextualización.
rodovaldi@hotmail.com