Sergio Felipe Salamanca Borrero
Estamos llegando a un punto crítico respecto de la contaminación global, un punto que nos obliga a tomar medidas contundentes para garantizar no solo el futuro de los animales, sino el de la raza humana misma. Dentro del fenómeno de la contaminación, el plástico es posiblemente uno de los temas más recurrentes y graves, pero ¿por qué? Esto se debe a que a es un material que normalmente es utilizado por cortos periodos de tiempo, pero que requiere de más de un siglo para degradarse.
Los pitillos, las botellas plásticas y las bolsas de mercado son el mejor ejemplo para ilustrar la situación. Son elementos cotidianos que luego de ser usados son desechados, ya que en la mayoría de las veces, como ocurre en Colombia, no existen hábitos, ni políticas que favorezcan el reciclaje. Si bien existen muchas formas de afrontar la problemática del plástico desde el punto de vista del Estado, considero que la mejor, es aquella en la que se implementen medidas legislativas adaptadas a las condiciones de la sociedad, que le permitan a la industria y a los usuarios adaptarse de forma gradual.
Los mejores ejemplos de esta postura son Colombia y Chile. En el caso colombiano, el Legislador optó por una medida muy disuasiva y efectiva, tocar el bolsillo de quienes quieran hacer uso de las bolsas plástica, medida que ha logrado disminuir los índices de consumo de plástico según cifras de Fenalco las cuales muestran una disminución del 30% en el consumo. De igual forma, este tipo de medidas no resulta agresiva con la industria del plástico brindando la oportunidad de decidir si continúan o si migran a otros segmentos del plástico, a diferencia de una medida prohibicionista.
Chile, por su parte, ha sido noticia esta semana por haber entrado en vigencia la prohibición para los grandes comercios de entregar bolsas pasticas a sus clientes a cualquier título, so pena de incurrir en multas, las cuales son impuestas atendiendo a tres criterios: i. El número de bolsas entregadas; ii. Conductas anteriores del infractor; y iii. La capacidad económica del infractor. Para los pequeños y medianos comercios la prohibición entra de forma escalonada a partir del año 2020, lo cual muestra que Chile, a pesar de haber adoptado fuertes sanciones para quienes infrinjan la restricción, ha brindado plazos razonables para que la industria se adapte a la medida.