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Perfil de un tío asesino 2 20 mayo, 2024
INVESTIGACIÓN

Perfil de un tío asesino

Perfil de un tío asesino 8 20 mayo, 2024
La alberca donde ocurrió el crimen de Kevin Santiago
"Rodrigo ahogó en la alberca a su sobrino Santiago porque está enfermo y él alucinaba cuando se encontraba de frente con el niño de seis años de edad", relató crudamente a LA NACIÓN Luz Mary Andrade.

Ella es madre de Rodrigo Bastidas Andrade, de 19 años de edad y abuela del pequeño Kevin Santiago Chica Bastidas, menor hallado ahogado en la alberca de su residencia ubicada en el barrio Ciudad Salitre, oriente de Neiva.

La mujer explicó a este medio los pormenores de un asesinato conocido en la capital huilense en el inicio de la semana, cuando las autoridades capturaron al presunto responsable.

Bastidas Andrade era requerido por el Juzgado Segundo Penal Municipal con Funciones de Garantías de Neiva, después de existir serios indicios de su autoría en el asesinato de su sobrino, en hechos ocurridos el 5 de julio de 2013, cuando al parecer éste lo asfixió y luego lo metió a la alberca para simular un ahogamiento.

Pero no todo era tan caótico en la vida de la familia Bastidas Andrade o eso es lo que señala la cabeza del hogar. La mujer que pasa los 60 años de edad cuenta que por darle un mejor futuro a sus hijos se establecieron en la ciudad de Neiva, después de vivir en zona rural de Colombia, Huila, donde empezaron a estudiar sus tres hijas y su hijo Rodrigo (el homicida), quien se graduó en el colegio Humberto Tafur Charry del barrio Las Palmas, en la comuna 10 de Neiva.

"Rodrigo era un joven dicharachero, sonriente, tenía muchos amigos y era muy sano, pero de un tiempo para acá, seis meses antes de que ahogara al niño (Santiago), se le notaba desmemoriado, se encerraba por días en la habitación y no comía. A mí me daba rabia porque no me hablaba, entonces le pegaba, luego supe que él no quería estudiar más", aseguró Luz Mary..

Al psicólogo

Después de conocer la decisión de no volver a la Universidad Surcolombiana donde estudiaba Ciencias Naturales, una de las hermanas Bastidas Andrade acompañó al joven, que en ese tiempo tenía 18 años, el centro médico de Las Palmas, para que le practicaran un examen psicológico, pero los especialistas de la salud no le hallaron nada.

El fatídico día

El 5 de julio del 2013, seis meses después de que Rodrigo presentara sus primeros episodios mentales, Mary Leidy Bastidas Andrade, hija mayor de Luz Mary, llegó hasta la casa de su madre con su pequeño, quien entre dormido y feliz, iba a pasar todo el día con la abuela. Le pidió a su madre le cuidara a Santiago para ella poder trabajar. Le dejó una muda de ropa y le pidió le diera desayuno.

"Los dos estábamos felices de estar juntos (Santiago y la abuela), entonces yo me fui para la tienda, compré lo del almuerzo y un dulce para mi nieto a quien quería mucho, pero al regresar ya el niño no estaba y él no acostumbraba a salirse de la casa".

Señala que luego de preguntarles a los vecinos por el paradero del pequeño, con una amiga salieron a buscarlo al parque pero no lo encontramos, así que decidieron volver a la casa. La desesperada abuela miró debajo de las camas, pero seguía sin saber de él, ni siquiera recuerda donde estaba su hijo Rodrigo, pues se sentía responsable de la desaparición de su nieto.

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Recuerda entonces la señora Andrade que corrió hacía el patio y miró en la alberca, donde evidentemente se encontraba Santiago.

"Yo lo saqué, grité y llegaron los vecinos, uno de ellos le dio respiración boca a boca y luego lo llevaron al centro de salud de Las Palmas, yo no fui porque me daba miedo caerme en la moto mientras llevaba al niño", aseguró la mujer.

Andrade también contó que mientras esperaba una motocicleta que la llevaría donde su nieto se quedó revisando de nuevo la alberca, pues no entendía cómo el niño se había ahogado allí, sin imaginarse que otra situación se había presentado en su vivienda mientras ella se encontraba fuera.

Cuando llegó al centro médico los galenos le dijeron que su nieto estaba sin signos vitales cuando lo recibieron.

Confesión

Las exequias del pequeño Santiago concurrieron normalmente. Durante el velorio uno de los parientes dio a conocer los resultados de la necropsia: "dijeron que era ahogamiento", asegura la abuela del pequeño.

En el mes de agosto de manera inesperada Rodrigo Bastidas acudió a la Fiscalía, allí en declaración juramentada confesó que él le había quitado la vida a su sobrino y pese a que lo trataron de loco, enviándolo a una revisión siquiátrica, le abrieron investigación. El joven no fue capturado.

Llevado por la culpa Rodrigo fue hasta la vivienda de su hermana Mary Leidy, le confesó lo sucedido y le pidió perdón. En noviembre desapareció.

Luz Mary regó letreros con la foto de Rodrigo desaparecido a quien encontraron en Cali tras ser arrollado por un bus. Durante dos meses estuvo internado en un hogar psiquiátrico y empezó un tratamiento.

"Lo que había notado cuando él empezó a enfermarse es que peleaba mucho con Santiago y en una ocasión me dijo que él no lo miraba como niño sino como otra cosa mala, que alucinaba cuando veía a Santiago", aseguró la abuela del menor fallecido.

'Atando cabos'

Luego de lo sucedido, de su confesión y posterior desaparición de Rodrigo, la madre del homicida empezó a comprender muchas cosas. Recordó las veces que los vecinos le decían que habían visto que su hijo hablaba y se reía solo.

Igualmente comprendió porqué Rodrigo se encerraba por días en la habitación y perdía el apetito. También llegaron a su cabeza los recuerdos de cuando su hijo la atacó en un ataque de histeria.

"Creo que fue cuando intenté entrar a su habitación que él me atacó, casi me arranca el brazo con la puerta y finalmente me empujó, luego siempre me pedía perdón por lo malo que hacía, a mí se me olvidó".

Pero lo que no podrá olvidar Luz Mary fue lo que le dijo el Psiquiatra, quien le explicó que muchas cosas se hubiesen podido evitar si le hubieran puesto atención a Rodrigo quien desde hace mucho tiempo sufría de esquizofrenia.

"No sé porque nunca creí que él también pudiera tener esa enfermedad, yo tengo un sobrino que también sufre de eso desde hace 12 años y él mismo se quitó la nariz. Cuando era pequeña yo tenía una tía llamada Clemencia que también sufría de eso, pero pensé que como a mí no me dio, pues a mis hijos tampoco. Creí que lo de Rodrigo era por la juventud", relata.

Ahora mientras el joven afronta un proceso judicial que lo podría encerrar durante doce años en la cárcel de Rivera, Luz Mary le lleva sagradamente hasta la Unidad de Reacción Inmediata (URI), donde ya lleva siete días detenido, su desayuno, almuerzo y comida.

Mientras le prepara lo que este va a comer silenciosamente como lo ha venido haciendo desde hace dos años que empezó a presentársele la enfermedad, la mujer piensa que un poco de amor por parte de su papá y suyo también, hubiesen podido evitar esa tragedia que hoy enluta a la familia Bastidas Andrade.