La Nación
COLUMNISTAS

Que nos perdonen…

En cualquier medio de comunicación nos encontramos lo siguiente: tres niños asesinados por su madre y el abuelo de los mismos niños detenido por abuso sexual, un niño en grave estado de desnutrición es recibido en un hospital, procesados los involucrados en el asesinato de cuatro niños en el Caquetá, esas son parte de las noticias cotidianas en un país que no cuida sus niños y que de conformidad con los estudios científicos estaríamos condenados a perpetuar la violencia porque esos niños maltratados y abusados serán maltratadores y abusadores en el futuro.

Poco hacemos por parar la barbarie contra los niños pero cuando aparecen temas como la adopción por parte de parejas homosexuales surgen vehementes defensores de los derechos de los infantes que con concepciones moralistas respaldadas en teorías religiosas aseguran que los niños no pueden ser adoptados por parejas del mismo sexo porque la familia es de padre y madre, no importa si tenemos miles de niños abandonados en hogares sustitutos, es preferible que esos niños crezcan sin padres y familia, la errónea interpretación de las sagradas escrituras conlleva a condenar a muchos de esos niños a no poder disfrutar de un hogar y a recibir únicamente el amor de sus compañeros de infortunio y de quienes los cuidan.

De poco importa el amor al prójimo que pregonó Cristo, pues amparados erróneamente en sus enseñanzas discriminamos dejando manifiesto que existen diferencias, que hay ciudadanos de primera con todos los derechos y otros de segunda con solo algunos, seleccionamos entonces quienes pueden y quienes no deben hacer lo que por respeto a la igualdad deberíamos poder hacer todos, de nada importa que la Constitución y las leyes digan lo contrario.

¿Qué pasaría si Cristo resucitara: desalojaría de los templos a quienes se creen dueños de su palabra, los tildaría de fariseos, les recordaría sus enseñanzas sobre el amor al prójimo, la igualdad de los seres humanos y la no discriminación? ¿Qué pensaría de la propuesta de un referendo para que las mayorías aplasten a las minorías?, cualquier respuesta es válida pues solo será una hipótesis.

Sería ideal que dejaran de usar el nombre de Dios para promover la desigualdad y la vulneración de los derechos, flaco servicio le están haciendo a su nombre y a la iglesia, que nos perdonen los niños porque en el nombre de Dios les seguimos impidiendo tener un hogar y crecer con unos padres que les brinden amor por el solo hecho que esos potenciales adoptantes son homosexuales.
       garcia.francisco@javeriana.edu.co