La Nación
“Quédate señor con nosotros” 1 26 abril, 2024
ACTUALIDAD

“Quédate señor con nosotros”

 Frente a la incredulidad de los discípulos acerca de la resurrección de Jesús, el Evangelio de hoy nos presenta el relato de Emaús como catequesis del itinerario de nuestra fe y del encuentro con el Señor.

 

Padre Elcías Trujillo Núñez

 «El mismo día de la resurrección, iban dos discípulos a un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús se acercó y comenzó a caminar con ellos. Pero sus ojos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: «¿De qué venís hablando por el camino?» Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?» Él les preguntó: «¿Qué ha pasado?» Ellos le respondieron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y todo el pueblo; cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Y ya ves, hace tres días que sucedió esto.»(Lucas 24, 13-35) 

 

Es Jesús quien sale a nuestro encuentro, no es iniciativa nuestra, por eso la fe es respuesta a una llamada gratuita e incondicional de Dios. Él se acerca a aquellos dos hombres tristes, decepcionados, cansados de la vida, que regresan a su aldea. Jesús se acerca respetuosamente, con ganas de escuchar, sin querer imponerse, es el caminante que ignora lo sucedido.  Escucha el dolor y el desencanto de aquellos discípulos sin fe. El escucha primero y partiendo de lo humano llega a lo divino. Les va abriendo el corazón y los ojos de la fe con el recuerdo de lo que decía la Biblia acerca de Él. Y aunque no basta con eso, ya empiezan a sentir algo especial por dentro. Comienza el acercamiento. Son capaces de levantar la cabeza y la mirada, ya no van cabizbajos, ensimismados, son capaces de fijarse mejor en el caminante misterioso que se les ha unido en el camino y empiezan a descubrir en él algo especial que todavía no saben definir. Pero es necesario algo más y muy importante: la invitación a entrar: “Quédate, Señor, con nosotros”. La fe requiere una respuesta personal. Dios es tan respetuoso de nuestra libertad, que sólo entra en nuestra vida cuando lo invitamos. Ahora falta el encuentro en la Mesa, el contacto eucarístico, la apertura definitiva en este caminar de fe. Ya puede irse Jesús. La fe es ya nuestra compañera en el camino de la fe. Ya no hacen falta demostraciones científicas o racionales. Nadie nos podrá negar la autenticidad de la presencia del Señor Resucitado. Hemos entrado en otro “nivel de conciencia” que no se puede explicar con palabras y menos con conceptos. Ahí está el núcleo de la fe cristiana: el “encuentro” personal y transformador con Cristo Resucitado, el Amigo, el Caminante con nosotros, el que nos explica las Palabras de Dios, el que llena nuestra vida de plenitud. Y, claro, eso no se puede callar. Ya no hay cansancio, se olvidaron los kilómetros. Ahora no se camina cabizbajo, se vuela feliz a contarlo a otros. Cuando uno se ha encontrado con Jesús, este acontecimiento no se puede callar. Y surge la misión, el testimonio, y eso produce el interrogante en los otros, y se acercan y preguntan, y sienten curiosidad, y algunos piden ser admitidos en la comunidad. Este Evangelio nos anima a nosotros a seguir este camino de la fe en este tiempo de pandemia por el covid 19. No obstante, el desánimo, el desencanto, la duda, la deserción. A veces no vemos la presencia del Resucitado, aunque nos da múltiples signos de su presencia, porque están dormidos los ojos de nuestra fe, o quizá acomodados o demasiado racionalizados. Nos parece que el Señor se ha quedado en el sepulcro. Por eso, necesitamos más que nunca volver al camino de Emaús tocar fondo, y volver a sentir la cercanía del Amigo Caminante. Necesitamos volver a las fuentes de la fe: la Biblia, la Eucaristía, el Compartir, la Fraternidad, la Alegría, el Testimonio Solidario. Y, sobre todo, necesitamos humildad y fe para pedirle al Señor que entre en nuestras vidas, que nos comparta el pan, que se haga el encontradizo, que no pase de largo, que no se aleje de nuestras dudas y tristezas. Quizá Jesús está esperando frase magistral de los dos discípulos de Emaús: quédate con nosotros, Señor, que cae la noche en nuestras vidas, tenemos miedo, dudas, desencanto, y nos asalta la tentación del abandono o del cristianismo fácil. Danos la gracia de verte presente en los más pobres, en aquellos que hemos discriminado, en tu Palabra, en la Eucaristía. Ven, Señor, a nuestras vidas y llénalas con la luz y la paz de tu resurrección. así, saldremos renovados y entusiastas a anunciar al mundo que tú vives y eres nuestra felicidad. Nota:    Le invitamos a seguir las celebraciones eucarísticas a través de Facebook Citynet,   Radio  Virtual: sancalixtoradio.com, por la emisora La Fiera FM radio y la Televisión local.

Necesitamos humildad y fe para pedirle al Señor que entre en nuestras vidas, que nos comparta el pan, que se haga el encontradizo, que no pase de largo, que no se aleje de nuestras dudas y tristezas.