La Nación
¡Torpe presidente! 1 28 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¡Torpe presidente!

“Cuando un payaso se muda al palacio, no se convierte en rey. En cambio, el palacio se convierte en circo”.

Muy bien lo señala este proverbio turco, porque en Colombia sí hubo un cambio, lo que antes era conocido como el Palacio de Nariño, ahora se ha convertido en el Circo de la Familia Petro, al cual para ingresar el único requisito es ser amigo, cómplice o lamebotas del presidente.

No obstante, a los colombianos cada vez les gusta menos su actuación, la cual al contrario de generar risas, provoca indignación debido a las piruetas y trucos que se inventa todas las semanas para continuar con su función.

Sin embargo, a Petro le sobra la característica principal de un payaso, pues no lleva ni la mitad de su mandato y ya está en campaña nuevamente. En vez de concentrarse en ejecutar una política internacional que atraiga inversión a Colombia, mejorar la administración pública y promulgar las leyes. Con su carente capacidad ejecutoria está cada vez más abajo en las encuestas.

Ahora bien, como las reformas impulsadas por el presidente no han tenido trámite favorable para él en el Congreso, al parecer entró en una nueva fase de “ARREPETRIMIENTO”, en la que deja en evidencia sus ansias de seguir en el poder por lo cual comienza a hablar de una Asamblea Constituyente, que sin mal no recuerdo, fue de las primeras actuaciones que, durante campaña, prometió no llevaría a cabo.

La Asamblea Nacional Constituyente es uno de los mecanismos contemplados en la Constitución del 91 para reformarla, es la cortina de humo perfecta para un “progresista” que busca, bajo el argumento de transformar la institucionalidad disque por el bien de los colombianos, omitir sus responsabilidades como gobernante.

En este orden de ideas, es totalmente válido que el presidente pretenda invocar este mecanismo, que dado el caso, en el Congreso de la República vamos a revisar en detalle para no dejar pasar inequidades ni injusticias. Pero por el contrario, no estoy de acuerdo que Petro proponga una Asamblea Nacional Constituyente justo ahora, cuando su reforma pensional, que es ideológica y política, está tambaleando en el Senado.

Expropiar los ahorros de quienes se encuentran cotizando no es la vía y, por el contrario, resulta insostenible a largo plazo y se convierte en un pasivo pensional a ser pagado por futuros gobiernos. La financiación y sostenibilidad dependientes de la baja cobertura junto con el no reconocimiento de los rendimientos a quienes cotizan, termina aumentando el costo fiscal y los efectos en el mercado de capitales.

En otras palabras, a futuro no se podrá garantizar la pensión ya que hay muy pocas personas trabajando en comparación con el alto número de pensionados.