Piero Emmanuel Silva Arce
Desde la semana pasada los estudiantes de la universidad Distrital han estado protestando debido a los casos de corrupción ocurridos al interior del Alma Mater; de acuerdo con los manifestantes más de 11.000 millones de pesos han ido a parar a las arcas privadas de algunos funcionarios. Aunque parece increíble, los incriminados en la red de corrupción se pagaban sus cuentas de Netflix, sus compras personales en tiendas comerciales, sus carros, sus viajes y sus entradas a sitios nocturnos donde se ejerce la prostitución.
Este hecho llama la atención sobre la problemática de las Universidades en el país por casos de violación de derechos que van desde abusos sexuales hasta hechos de corrupción. A esto se le suma la irrupción de algunas Universidades de carácter privado cuyo objetivo principal es la acumulación de capital a través de la venta de servicios educativos; el desarrollo del conocimiento queda supeditado al cumplimiento de estándares para ascender en la estratificación mercantil y poder obtener cada vez más clientes; pensar no importa mucho, es más rentable vender.
Es importante abrir el debate sobre la Universidad en Colombia con las siguientes preguntas: ¿qué es una Universidad? ¿Para qué sirve una Universidad? ¿Cuál es el papel de la educación superior en un país? ¿Debe una Universidad mantener su independencia de los intereses económicos y políticos? ¿Cuál es la diferencia entre una Universidad y una empresa de carácter privado? ¿Una Universidad es para generar plata o para generar conocimiento que aporte al mejoramiento de las realidades sociales? ¿Qué es el conocimiento? ¿Debe ser universal el acceso a la educación superior o lo que se debe es vender un servicio? ¿Qué hacer ante la reproducción de prácticas como la corrupción en las Universidades?
Reflexionar alrededor de estas y otras preguntas sobre la educación superior nos llevaría a analizar el papel que ha desempeñado la Universidad en Colombia, sus logros y sus desafíos. En 1918 los estudiantes de la Reforma de Córdoba plantearon lo siguiente: “por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que en estas casas de estudios es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia”. Es hora de tomar conciencia sobre el papel que juega la educación en una sociedad.
Investigador del grupo Estudios Políticos