Ushas- Amanecer
Diego Muñoz Marroquín
No sé ustedes queridos lectores, pero yo no aguanto más, ya no quiero ni ver noticieros para no tener las grandes molestias que me produce la desfachatez de nuestra tragicomedia nacional, cada día creemos que ya se llegó al límite, que tocamos fondo con la corrupción, pero resulta que no, que todavía hay más y eso que no ha salido Maduro a contar los secretos de la Habana.
Ayer lo de Mussa Besaile, la semana pasada lo del Ñoño, hace 15 días Lyons, hace un mes el Fiscal Anticorrupción, de siempre, el Congreso con la gran mayoría de sus politiqueros totalmente desprestigiados y señalados por corruptos, pero ahora resulta que no es solo eso, sino que parece que el tema de la justicia es mucho peor y ¿si no creemos en la justicia entonces en que? Si un Senador de la republica que saco más de cien mil votos dice que le dio 2000 millones de pesos a Magistrados de la Corte SUPREMA de Justicia, ¿que podemos esperar?
Desde que estudie derecho y recibía clase de varios de esos magistrados de las altas cortes, el respeto que merecían y que les teníamos era profundo, sublime, muchos soñábamos terminar nuestras carreras en una de aquellas, pero ese castillo se ha derrumbado, ahora advertimos que están al mismo nivel de los politiqueros y para colmo, no son solo la rama legislativa y judicial las desprestigiadas, las acusaciones de corrupción en la rama ejecutiva son pan de cada día, con Odebrecth se demostró que llegó a altísimos niveles y que hubo dinero para todo el mundo, no solo para la campaña de nuestro actual presidente, sino también, para la del expresidente. Todos estos escándalos, sumados a la percepción de haber hecho una no muy buena negociación en la Habana ha llevado a que Santos tenga un inaceptable y vergonzoso nivel de popularidad que ni siquiera se había dado en los tiempos del 8000 y los elefantes de palacio.
Con este panorama, cualquier lelo en derecho puede decir que nuestro estado es un estado fracasado, pues no funciona ninguna de sus ramas del poder público, ni siquiera la justicia!! Y cuando esto pasa solo hay dos vías, revolución o constituyente. Ya está claro que nuestro país quiere la paz, ha empezado a ver los frutos de vivir en ella, así haya sido en la calma chicha de estos últimos años, por lo qué, el único camino civilizado que tenemos es refundar nuestro estado, sacar y limpiar todas las ramas del poder público de los funcionarios corruptos e ineficientes, sean del nivel que sean y eso solo puede lograrse con una constituyente y de ser asi, es nuestra obligación salir a defender las instituciones, el estado liberal y los principios republicanos y convertir ello en otra oportunidad para nuestro país.