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¿Zarpazo a las regalías?

Después de cinco décadas de historia petrolera en el Huila, cuyos inicios datan de los años sesenta con el arranque de la llamada Concesión Neiva, las cosas no pintan bien para una industria que ha sido motor de desarrollo regional. Luego de alcanzar una producción record en 1999 con 65 mil barriles promedio al día, el ritmo de extracción ha venido cayendo hasta niveles cercanos a los observados hacia 1985, cuando la producción promediaba 30 mil barriles al día. Actualmente el Huila reporta una producción básica cercana a los 30 mil barriles más otros 9 mil barriles día de producción incremental, por la cual el estado recibe un porcentaje de regalía mucho menor que el que se paga por la básica. Esta producción adicional proviene de campos viejos cuya operación se supedita en muchos casos a nuevas y mejoradas técnicas de producción cuya aplicación depende en mayor medida del comportamiento del precio internacional del crudo, pues dados los mayores costos de extracción, se requieren mejores precios que los actuales para incentivar las inversiones que demandan los campos. Muchos creyeron equivocadamente que los precios en el mercado mundial petrolero se mantendrían elevados por años y se rasgaron las vestiduras aduciendo un “zarpazo a las regalías” cuando el actual gobierno anunció la reforma al sistema para garantizar una mejor distribución geográfica y temporal de dichos recursos. En 1999 cuando en el departamento se alcanzó el máximo nivel de producción, el precio promedio anual del crudo fue de 26 dólares por barril y solo hasta 2005 observamos precios similares a los registrados en el presente año cercanos a los 50 dólares promedio y que generaron regalías directas por aproximadamente 200 mil millones de pesos. Pues bien con el anterior sistema, dados los precios actuales, la producción básica en decadencia y la incremental al alza, el Huila recibiría para 2015 unos 140 mil millones de pesos por concepto de regalías directas, mientras que con el actual sistema en el que se privilegian los indicadores de pobreza y de necesidades básicas insatisfechas por encima del promedio de producción regional, el territorio huilense puede estar recibiendo hacia finales del año, adicional al ahorro pensional que antes no existía, cerca de 200 mil millones de pesos sumados los diferentes fondos del sistema general de regalías y siempre y cuando las entidades sean eficientes al presentar los proyectos a su OCAD. Hoy que el sistema general de regalías empieza a mostrar sus bondades en casos como el Huila, vale la pena que nos preguntemos de nuevo, que sería del Huila sin regalías?.
 
twitter@carloscante